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Krugman opina que la economía de EEUU está igual que en 1938

Paul Krugman, premio Nobel de Economía, considera que la situación económica de Estados Unidos se parece a la que se vivió en el país norteamericano a finales de los años treinta del siglo pasado, justo antes de la Segunda Guerra Mundial. Y considera que la política de Barack Obama en esta materia está repitiendo los errores que se cometieron entonces.

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El premio Nobel de Economía, Paul Krugman, comparó ayer la situación actual de la economía estadounidense con la de los años previos a la Segunda Guerra Mundial y reclamó «voluntad política y claridad intelectual» para que se mantengan las medidas de estímulo para afianzar la recuperación de la economía. En un artículo publicado en «The New York Times», Krugman asegura que la economía estadounidense se vio «paralizada» por la crisis financiera y, aunque admite que la política del Gobierno limitó los daños, sostiene que las medidas fueron demasiado prudentes y que era necesaria «más acción» en un entorno con un desempleo «desastrosamente elevado».

Dicho esto, se refiere a la situación de la economía de EEUU en 1938 y a las medidas presentadas entonces por el ex presidente Franklin Roosevelt. En la entrevista, difundida por Europa Press, el economista considera «instructivo» tener en cuenta lo que sucedió en aquel tiempo, porque refuta muchos de los argumentos que se esgrimen actualmente, pero al mismo tiempo «desalentador», porque es difícil que vuelva a ocurrir un «milagro» en la recuperación con el de la década de los 40.

En este sentido, apunta que, pese a que los economistas de Obama prometieron no repetir los errores de 1937, cuando se retiraron las medidas de estímulo demasiado pronto, su programa de apoyo a la economía es demasiado «pequeño» y tiene una duración demasiado corta, como demuestra que los escasos efectos que está teniendo en el desempleo. Por este motivo, considera inadecuado el plan económico inicial de la administración Obama, que a su juicio se ha convertido en «una trampa política». «Más estímulo es una asignatura pendiente, pero a los ojos del público el fracaso del programa inicial para llevar a cabo una recuperación convincente ha desacreditado la acción del Gobierno para crear empleo. En resumen, bienvenidos a 1938», añade.

En este sentido, recuerda que entonces la Segunda Guerra Mundial supuso un incremento del déficit público hasta niveles que no hubieran sido aceptados en otro escenario. «Habrían afirmado -explica-, con razón, que la Depresión estaba en gran parte causada por el exceso de deuda y que era imposible de solucionar este problema mediante la emisión de aún más deuda». Sin embargo, el aumento del gasto creó un boom económico, que sentó las bases para la futura recuperación, y la deuda, tanto pública como privada, cayo en relación al PIB gracias «al crecimiento económico y a algo de inflación». «Después de la guerra, gracias a la mejor posición financiera del sector privado, la economía fue capaz de prosperar sin un déficit permanente», concluye.

Krugman considera que la moraleja está clara: «cuando la economía está profundamente deprimida, la reglas habituales no se aplican». Así, considera que la austeridad es «contraproducente», ya que si todo el mundo trata de pagar sus deudas se cae en la depresión y en la deflación. En cambio, ve «posible y necesario» que el país norteamericano en su conjunto aumente de forma temporal y en niveles adecuados del déficit para «curar los problemas causados por los excesos del pasado».

También apunta que la situación de 1938 muestra lo duro que es aplicar estas ideas, ya que nunca hubo «voluntad política» para hacer lo que era necesario para acabar con la Gran Depresión y la solución surgió «principalmente por accidente».

lamento

El Nobel de Economía considera que políticos y economistas están decididos a repetir los errores del pasado y lamenta que los probables vencedores en próximas elecciones son los que condujeron a esta situación.

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