El ministro español de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, admitió ayer que se necesitarán al menos entre tres y cuatro años para que el número de desempleados en el Estado vuelva a los niveles de antes de la crisis económica, lo que supondría reducir a la mitad la tasa actual.

Respecto al cada vez más alto nivel de contratos temporales en detrimento de los indefinidos, auguró que habrá que esperar «unos meses» para ver el efecto de la reforma laboral del Gobiern de Zapatero que, según sostuvo el ministro, debería impulsar la creación de ocupación más estable. «La estacionalidad juega un papel muy importante en nuestra economía, lo que se traduce en contratos temporales, sobre todo en verano. Y eso difícilmente va a cambiar», afirmó.