Ni Francia ni Portugal pasan por su mejor momento futbolístico, desde luego. Envueltos en una crisis sin precedentes, los primeros no han enmendado el rumbo tras la revolución de Laurent Blanc. La derrota del pasado viernes en el Stade de France ante Bielorrusia no ha hecho sino agrandar la herida. Los lusos, por su parte, tras caer en los octavos mundialistas ante España, no levantan cabeza y el reciente empate casero a cuatro frente a un combinado tan débil como Chipre confirma tal situación.

Su obligación, por palmarés y estatus dentro del viejo continente, es remontar el vuelo cuanto antes. Tarea nada fácil, pues portugueses y bleus deben rendir sendas visitas para nada fáciles. Con el cuchillo entre los dientes, Noruega y Bosnia recibirán a sendas escuadras, dispuestas a que la crisis continúe en el seno de los lusos y de los antiguos campeones mundiales.

Por si fuera poco, ambos conjuntos saltarán a sus respectivos feudos con la confianza añadida que les ha dado salir airosos de sus primeros compromisos de la liguilla clasificatoria. Los nórdicos se impusieron a Islandia por un apretado 1-2, mientras que los balcánicos dieron buena cuenta de Luxemburgo gracias a un contundente 0-3.

La jornada servirá, además, para que varios combinados se estrenen en la competición. Austria tendrá, a priori, una fácil puesta de largo frente a Kazajistán, mientras que Azerbaiyán lo tendrá sensiblemente más complicado ante Alemania, reciente semifinalista mundial. También será su inicio para la irregular Dinamarca, que se medirá a la mencionada Islandia, mientras que la República Checa se enfrentará a Lituania, que empató a cero contra Escocia en la primera jornada.