Maite SOROA | msoroa@gara .net
Los del búnker no ocultan su desolación
Digan lo que digan los loritos del insuficiente, desde el búnker se contempla con alarma el nuevo escenario que empieza a dibujarse.
Ayer Isabel San Sebastián, en permanente estado de cabreo, se sinceraba: «Confieso mi desolación». Y se preguntará lectora el por qué de tanto abatimiento. Pues lean lo que sigue: «Deberíamos estar más que escarmentados, haber aprendido la lección de memoria, confiar en alguien que ha demostrado calar a ETA mejor que nadie (léase Mayor Oreja), mal que nos pesen sus malas noticias, y otorgar una nula credibilidad a quienes, por el contrario, han recurrido sin recato al engaño en sus tejemanejes con los terroristas (a saber, Rubalcaba y Zapatero). Pero prestamos oído a los muñidores de la negociación política con la banda mientras nos empeñamos en ignorar las advertencias del donostiarra». O sea que a Mayor Oreja no le hace caso ni el Tato.
Pero Isabel San Sebastián se encarga de recordarnos las predicciones del Nostradamus del PP y advertirnos de lo por venir: «Lo cierto y verdad es que no es ni suficiente ni insuficiente este comunicado. Es un primer paso perfectamente calculado. Luego vendrá la presentación de listas blanqueadas para ocultar la sangre, seguida de la comparecencia de algún portavoz gubernamental con aire compungido (es probable que ese papel corresponda a Conde Pumpido) asegurando que no hay pruebas suficientes para ilegalizar esas candidaturas. Nos jurarán que lo han intentado, que han rebuscado en todos los cajones, pero que no han logrado el material necesario para convencer a los muy legalistas magistrados del Supremo y/o del Constitucional». O sea que es malo que los jueces sean legalistas...
Y, a modo de conclusión, Isabel nos advierte de algo parecido al apocalipsis: «Dejarán que los asesinos vuelvan al pesebre presupuestario y a la intimidación impune desde los ayuntamientos, amén de ir liberando a sus presos, con el argumento de que «ya no son etarras» (ministro del Interior dixit) por más asesinatos que hayan cometido. Después vendrá, si viene, el anuncio que espera Zapatero». Pues a servidora eso no le parece un mal final para una historia tan trágica. Claro que a Isabel le va más la marcha.