Los cuatro comparseros de Txori Barrote que ayer se sentaron en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional por una denuncia del ultraderechista Daniel Portero contra ellos, por permitir la colocación de fotografías de presos políticos vascos en su txosna de Aste Nagusia en 2008, insistieron en sus declaraciones que lo hicieron para reivindicar derechos y denunciar la vulneración de éstos que padecen sus familiares y amigos encarcelados.

Uno tras otro, reiteraron que no tenían ninguna voluntad de «humillar» a las víctimas de ETA y sí, tal y como subrayó Gurutze Olagorta, presidenta de la comparsa, «ponerle cara a las personas, porque son personas, no fantasmas». Además, desde la defensa de tres de los imputados se trató de aportar una prueba que consideraron crucial, y que el magistrado Alfonso Guevara rechazó: el brindis que el promotor de la querella hizo fuera de la sala donde se juzgaba a los imputados en el sumario 18/98 tras conocer la muerte del preso santurtziarra Igor Angulo.

Otro momento de tensión, fue cuando Guevara abroncó a uno de los letrados de la defensa, por dar dos besos a la abogada y presa Arantza Zulueta, que compareció como testigo.

Las defensas solicitaron la absolución mientras la Fiscalía reclamó 18 meses de prisión por «enaltecimiento del terrorismo»y la acusación popular ejercida por Portero 24 meses de cárcel y 12.000 euros de indemnización por «daños morales»

Hasta Madrid para mostrar su solidaridad marchó ayer un autobús repleto de comparseros, que a su retorno a Euskal Herria fueron retenidos por la Guardia Civil a la salida de Madrid durante más de hora y media.