ANÁLISIS I MOVILIZACIÓN EN BILBO
Cuando la Audiencia Nacional se convierte en el portavoz más eficaz de Adierazi EH!
El impulso político con el que ha contada el veto de la Audiencia Nacional a la manifestación convocada para mañana por Adierazi EH! se enmarca en la lógica de nerviosismo y debilidad con el que se enfrenta el proyecto español en Euskal Herria a lo poco que se altera el statu quo.
Gari MUJIKA I
Siguiendo la estela del mejor exponente del rancio españolismo que fue aquel presidente que se ufanó del cierre de «Egin» diciendo «¿creían ustedes que no nos íbamos a atrever?», el Gobierno del PSOE ordena nada menos que al fiscal jefe del tribunal especial el veto de una marcha por el respeto de todos los derechos en Euskal Herria. Y como en Madrid dicen que existe la división de poderes que rige eso que denominan democracia, pues lo cumplen.
Una decisión políticamente impagable, y comunicativamente de agradecer. Ya no es sólo que ese tribunal de excepción se erige con su práctica en el mejor exponente de por qué se debe llevar a cabo la manifestación de mañana, sino que vapulea a cualquier representante de Adierazi EH! como su portavoz más eficaz.
Si el autoritarismo genético que porta la política española sigue siendo una escuela de independentistas en Euskal Herria, decisiones de este calibre y las muestras de nerviosismo del que han hecho gala a lo largo de esta semana sólo consiguen evidenciar la debilidad política del Ejecutivo español y de sus adalides en nuestro país, máxime en el escenario que se viene desbrozando. Y vuelven a avalar lo acertado de la apuesta unilateral de poner en marcha un proceso democrático. Con regar un poco, enseguida florece hierba por donde transitar.
Cierto es que de la euforia a la depresión hay un trecho demasiado pequeño en política, algo de sobra experimentado por la sociedad vasca. Pero, al intentar utilizar a los ciudadanos como marionetas, es más que probable que se rebelen contra el ventrílocuo cortando las cuerdas con las que les manejan. Y a estas alturas de la partida, jugar con el ansia de soluciones no se puede realizar ni con cercos informativos ni con más represión.
Aunque cueste más tiempo de lo deseado por muchos vislumbrar un escenario definitivo de soluciones y paz justa, también se corre el riesgo de quedarse atrapado en la concatenación vertiginosa de los hechos. Sólo hay que mirar lo que han dado de sí estos días.
Lo que sí se va a visualizar rápidamente serán las posiciones de cada agente político, sindical y social, aceptados por todas las partes como los llamados a abanderar el proceso democrático. Y ahí, ya no sólo se estará hablando de la confrontación de los proyectos políticos unionista e independentista, sino de la toma de posición sobre quiénes están por la solución y quiénes por perpetuar el statu quo que, simplemente, sirve para ahogar el futuro de todo un país.
El cálculo electoral con el que algunos esconden su estrategia, sin embargo, no servirá para mucho en el contexto político que rápidamente está transformando la realidad política de Euskal Herria. El PNV, pese a que de cuando en cuando emplee a Joseba Egibar casi como portavoz independentista, con su praxis demuestra que sigue mirando y trabajando hacia Madrid. Puede que no quieran salir en la foto, pero también tendrán que decidirse... al margen de lo que sigan haciendo de «común acuerdo» con Rubalcaba.