We are Standard desvela interioridades en Bilbo: «Somos muy obsesivos»
A. BILBAO |
Con un ritmo más pausado que el de la trayectoria de la banda, trepidante tanto en lo sonoro como en su vertical proyección, We are Standard estrenó ayer, en la Sala BBK de Bilbo (entrada a seis euros), los encuentros Musikalan, «que pretenden acercar al público la experiencia de Dj´s, periodistas, directivos de sellos discográficos y otros agentes musicales», según la nota remitida por la organización.
Asistimos a la jornada inaugural temerosos de que el interesante guión acabe diluido en el anecdotario y nos encontramos con un formato ameno y entretenido, así como, a ratos, enriquecedor en su aportación. La intención es «acercar lo que no se ve en directo, para explicar cómo trabaja la banda y su visión de la música» -dijo Txakartegi en la introducción-.
Con la integridad de la banda encima del tablado -tanto la pasada como la presente-, Deu Txakartegi (bajo y voz) fue el principal encargado de dirigir la ponencia narrando la trayectoria de la banda, apoyado puntualmente por las aportaciones del resto de la banda, con Juan Escribano (guitarra) como el más preciso y Willy Farringdon (batería) como el más didáctico.
Vértigo
Tras cursar estudios en Iruñea, varios componentes de Standard formaron la banda en 2002, para «no volvernos hombres grises». Desde entonces, su trayectoria ha sido meteórica. Así lo atestigua, por ejemplo, la firma de su primer y único contrato discográfico. «Tras grabar una maqueta de tres únicos temas en seis largos meses», Txakartegi envió el resultado a varios concursos y sellos discográficos. «Y en el segundo mail que intercambiamos, Mushroom Pillow -actual y único sello de la banda- nos envió un contrato para firmar, sin habernos ni siquiera visto nunca en directo».
Después comenzó una carrera vertiginosa que los ha llevado a grandes cotas, llegando a un público internacional. «Debes estar preparado para actuar ante miles de fans hoy y no más de un puñado mañana» confiesa Willy, para quien «la banda absorbe». Y reconocen ser gente standar: «No somos más que nadie, pero no somos menos que nadie». Además, son muy obsesivos.
Tras narrar la historia de la banda en su propia voz y mediante fotografías, los de Getxo dieron paso a un capítulo más ilustrativo, donde explicaron su proceso de composición, con ejemplos sonoros prácticos. El colofón lo pusieron con un «miniset no acústico».