
Karmelo Landa eta Amaia Esnal Componentes de Adierazi EH
Sin derechos
Que nadie m�s vea ni uno solo de sus derechos restringidos en este pa�s. Que nadie m�s se encuentre envuelto en una acusaci�n infundada, en una detenci�n arbitraria, en una suspensi�n de sus derechos m�s b�sicos, en un proceso injusto. Que nadie m�s sufra por lo que piensa y porque lo expresa. En pos de ello seguiremosLos firmantes de este art�culo hemos sido mencionados en un auto de la Audiencia Nacional con apelativos como �dirigentes del frente pol�tico institucional de ETA� o �claramente vinculados con el entramado de la organizaci�n terrorista ETA�. Esa terminolog�a, empleada por un tribunal que tiene carta blanca para ordenar detenciones con incomunicaci�n incluida, imponer prisi�n preventiva hasta un l�mite de cuatro a�os, suspender actividades transparentes y celebrar juicios sumarios sin garant�as, no puede hacer menos que aterrarnos. S�, reconocemos que ese fue el primer sentimiento que tuvimos al encontrar nuestro nombre en el listado del �rgano antiterrorista.
Cierto que estuvimos o estamos sometidos a procedimientos judiciales ante ese tribunal. En el caso de otros, ni siquiera se da esa circunstancia, pero aparecen igualmente mencionados para instigar a�n m�s esa atm�sfera asfixiante de criminalidad. A quienes hemos sido absueltos en dichos procedimientos nos protege el efecto de cosa juzgada. A los que no han sido a�n juzgados, la presunci�n de inocencia. En el caso de quienes no est�n sometidos a proceso, el derecho al honor y buen nombre es su refugio. Todo esto se echa por los suelos en un solo auto de este tribunal. No descartamos tomar acci�n legal ante este atropello.
Y, precisamente, porque tenemos m�s apego a la Justicia -con may�sculas- que este tribunal que se jacta de administrarla, y porque vemos que nuestros derechos m�s elementales de expresi�n y asociaci�n se vieron un d�a y se ven en el presente censurados, diezmados, liquidados, nos vimos y nos vemos en la necesidad de denunciarlo. De expresarlo. Nadie mejor que quien ha sufrido una arbitrariedad, un agravio en propia carne y en la de otros compa�eros, puede reclamar su reparaci�n. Eso, y �nicamente eso, es lo que nos anim� a aportar nuestro granito de arena en Adierazi EH.
Quienes desde sectores varios han compartido trabajo -en tenaz discusi�n o profundo consenso- con nosotros y nosotras pueden acreditar que nuestra �nica raz�n, que el �nico dictado, la �nica directriz que seguimos es la de nuestra conciencia. Conciencia que nos hace reclamar con absoluta determinaci�n que nadie m�s vea ni uno solo de sus derechos restringidos en este pa�s. Que nadie m�s se encuentre envuelto en una acusaci�n infundada, en una detenci�n arbitraria, en una suspensi�n de sus derechos m�s b�sicos, en un proceso injusto. Que nadie m�s sufra por lo que piensa y porque lo expresa. En pos de ello seguiremos.
No podemos acabar esta carta sin hacer una menci�n a los medios de comunicaci�n que han ocultado en todo momento la virtualidad de Adierazi EH y solamente se han hecho eco de esta plataforma plural cuando ha sido atacada por la Audiencia Nacional. Ser�a demasiado, a estas alturas, pedirles rigor informativo. Simplemente, sabiendo adem�s que estas letras estar�n vetadas en sus publicaciones -ojal� nos equivoquemos; en sus manos est� que nos tengamos que tragar estas palabras-, les pedimos que reflexionen. Porque si bien los medios son instrumento de la libertad de expresi�n, para disfrutar de ella es necesario que todos los ciudadanos y ciudadanas est�n en posesi�n de todos sus derechos. Hecho que a d�a de hoy, como es evidente, no se da.
(*) Adem�s de Karmelo Landa y Amaia Esnal, tambi�n firman este art�culo Unai Beaskoetxea, Julen Arzuaga, Eli Zubiaga, Oiakue Azpiri, Agurtzane Solaberrieta y Olatz Karro.