Una fuga de gas es la probable causa del incendio que en la madrugada de ayer provocó importantes daños materiales en un edificio de viviendas en la calle Zumalakarregi de Durango, sin que afortunadamente esta vez se produjeran heridos.

Según informaron desde el Departamento de Interior de Lakua, las primeras investigaciones de los bomberos apuntan a que el incendio desatado en el número 16 de la citada calle se debió a una fuga de gas, aunque no consta que se produjera ninguna explosión.

El incendio se desató sobre las 5.00 de la madrugada y el denso humo ocasionado obligó al desalojo de un total de hasta cuatro portales de la calle, del número 12 al 18.

Todos los vecinos pudieron volver a sus casas sobre las 7.00, con la excepción de los que viven en el número 16, que fue el más afectado.

Los daños materiales serían muy cuantiosos, porque las llamas llegaron hasta el tejado, aunque hoy se hará una valoración más detallada. En la mañana de ayer se empezaban a retirar materiales desprendidos mediante una gran grúa.

A las ocho de la mañana todavía permanecían trabajando en el lugar los bomberos para extinguir totalmente las llamas, según informaron las mismas fuentes, que confirmaron que el incendio de Durango resultó «muy aparatoso».

Los vecinos resaltaron que se vivieron momentos de gran tensión por la virulencia del fuego y la intensidad del humo.

El precedente de Basurto

Se da la circunstancia de que este verano se han producido varios incendios similares en Euskal Herria. El más conocido, reciente y también grave fue el producido en el barrio bilbaino de Basurto, ayer hace justo dos semanas.

En esa ocasión, el Ayuntamiento de la capital vizcaina apuntó también a un escape de gas como motivo del inicio de las llamas, que finalmente provocaron graves heridas a seis personas, tres de ellas niños de corta edad.

Un bombero resultó herido al rescatar a un pequeño de siete años, que fue el herido más grave en este incendio de Basurto, pero después continuó trabajando en sus labores. El fuego provocó momentos de enorme incertidumbre, ya que el niño se había escondido en la zona alta de la casa, que se encontraba en muy mal estado, y no aparecía. De hecho, fue rescatado cuando ya se había hundido la techumbre del edificio, según confirmó el concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento.

En el caso de Durango, por contra, el fuego se extendió más lentamente y permitió evitar desgracias físicas.