Ni en caliente, ni en frío. No son unas manifestaciones de recibo. José Luis Korta lo ha ganado todo en el mundo del remo y se merece el mayor de los respetos. El mismo que cualquiera de sus rivales, ni más ni menos.

El entrenador de Kaiku, nada más terminar la regata, se descolgó con unas declaraciones en las que lanzaba veladas acusaciones contra Urdaibai que, mientras nadie con autoridad diga lo contrario, ha ganado La Concha en buena lid.

El de Ortzaika, acostumbrado a ganar y ganar, tiró por la borda una estupenda ocasión para mostrar que también sabe perder, pero en vez de felicitar a los ganadores de la bandera y a los vencerores de la tanda, Orio, optó por poner en marcha el ventilador. Si tanto esfuerzo le costaba esa muestra de diplomacia, la alternativa de quedarse callado tampoco era tan mala.

El remo tiene jueces para tomar decisiones sobre lo que sucede en el agua y laboratorios para dictaminar si la mejora de una o dos tripulaciones se debe a «ayudas artificiales». Mientras no se demuestre lo contrario, todo el mundo es inocente. Ningún bien le hacen al deporte este tipo de declaraciones.

Las pataletas son admisibles en los niños pequeños, pero no en personas con tanta responsabilidad.