La variante de Autzagane suma rechazos a pesar del marketing foral
La variante de Autzagane está generando una importante contestación entre vecinos de Busturialdea y Zornotza a pesar de la campaña de marketing emprendida por la Diputación y los cargos municipales del PNV para «vender» éste y otros proyectos que se pretenden ejecutar en los próximos años en Bizkaia como «transcendentales» para el desarrollo económico de las diferentes comarcas afectadas. Los opositores centran sus críticas en su alto coste ecológico.
Agustín GOIKOETXEA
A la espera de que el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, dé a conocer en el próximo Pleno de Política General en Gernika los proyectos estrella que pretende acometer en la recta final de la legislatura, el jeltzale se ha lanzado a una campaña de marketing sobre las nuevas carreteras que pretende construir en Arratia, Busturialdea, Durangaldea y Lea Artibai. La última tuvo lugar ayer en el Ayuntamiento de Markina, con la inauguración de una muestra de maquetas y paneles sobre el vial Urberuaga-Berriatua.
Uno de los proyectos es el que conectará Zornotza y Muxika evitando el alto de Autzagane a través de una variante de 6,6 kilómetros, en la que destacan los túneles de Urdinbide, de 670 metros, y el de Oka, de 1.960. Las obras, según las previsiones, comenzarán a final de año y se prolongarán por espacio de cuatro años con una inversión inicial de 147,3 millones de euros.
No todo son parabienes ante las nuevas inversiones en infraestructuras viarias, especialmente en la variante de Autzagane. Entre las numerosas alegaciones de colectivos y particulares, destacan las que formuló la izquierda abertzale de Zornotza, que rechaza el proyecto porque «el hacer nuevas carreteras de cuatro carriles y varios túneles va en contra del desarrollo urbanístico sostenible, porque generan grandísimos movimientos de tierras, casi un millón de metros cúbicos -955.000- y además incitan al uso del vehículo privado».
Así, por ejemplo, se critica que entre los argumentos que tratan de justificar la nueva variante esté la futura existencia de un museo Guggenheim en Urdaibai, que estiman de «dudosa construcción». «Llenar de coches privados no es sinónimo de `turismo sostenible'», argumentan en su escrito, en el que se lamenta que no se haya informado lo suficiente a la ciudadanía, tanto en la fase de diseño del trazado como en el análisis de la idoneidad del mismo.
El proyecto de los túneles en Autzagane, desvela Arkaitz Zarraga, vecino del barrio muxikarra de Gorozika, no es nuevo y, según indica, «casi no quita curvas, ya que entra muy arriba». Subraya que la propuesta técnica aprobada contempla un scalextric que afecta a dos afluentes del río Oka y a una zona de especial protección, por haber un núcleo de roble incipiente dentro de los límites de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Este vecino añade que en los cauces afectados hay cuatro animales de especial protección: visón europeo, rana patilarga, cangrejo autóctono y mirlo acuático. Además, el trazado del vial cortará caminos hacia los diferentes caseríos, muchos de los cuales quedarán aislados y se verán obligados a dar rodeos para llegar a sus viviendas. «Nosotros no tendremos acceso a la carretera nueva en dirección a Gernika, sólo a Zornotza, por lo que se rompe la cohesión de la comarca, uno de los principios de Urdaibai», explica.
Zarraga apunta que su caso no es «de los más graves», pues hay vecinos, que se dedican a la agricultura, a los que se les expropia buena parte de sus propiedades. «Si en principio los camiones que ahora pasan por aquí en dirección a Bermeo lo van a hacer por el nuevo túnel de Sollube, ¿qué sentido tiene hacer la obra de Autzagane?», se pregunta.
Conexión Boroa-Igorre
Otro de los proyectos con los que, en palabras de la diputada de Obras Públicas, Itziar Garamendi, se tratará de impulsar la actividad económica, la mejora del acceso a los centros de trabajo y la seguridad en el tráfico es la carretera radial Boroa-Igorre, de 6,1 kilómetros de longitud, con dos carriles por sentido, incluidos los enlaces y el desdoblamiento de la N-634 en Zornotza, municipio que atraviesa, al igual que Lemoa e Igorre.
La infraestructura incluye el túnel de Landaieta, de 980 metros de longitud, y los viaductos de Errekalde, de 165 metros, y de Iturritxe, de 145 metros. El nuevo vial conectará a través de dos rotondas la N-634 y la A-8 en el barrio zornotzarra de Boroa con Igorre, donde se unirá con la variante de la localidad arratiarra. La inversión prevista inicialmente es de 113,6 millones de euros y el plazo de ejecución es de 35 meses.
Los ejes viarios Gerediaga-Elorrio, Bermeo-Mungia, Urberuaga-Berriatua, Zornotza-Muxika e Igorre-Boroa, junto con las variantes de Ermua y Bermeo, conforman los proyectos en los que la Diputación vizcaina invertirá 1.200 millones de euros.
Markina acogió ayer la presentación del vial que evita las travesías de Urberuaga y Berriatua, mejorando, a juicio de la Diputación, los accesos a Lekeitio y Ondarroa. El mayor impacto es en los cauces fluviales, lo que ya ha levantado las primeras quejas.