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Juanjo Basterra Periodista

Mi Concha de Oro para los luchadores contra el amianto

Inmersos, como estamos, en la 58 edici�n del Zinemaldia, la verdad es que yo entregar�a la Concha de Oro para los luchadores contra el amianto. S�, en concreto al largometraje �La Plaza de la M�sica�, del cineasta Juanmi Guti�rrez. No tengo duda. La lucha contra el amianto es desigual. Es silenciosa, dura y terrible para todos aquellos que la sufren directa o indirectamente. Un buen d�a acudes al m�dico porque no puedes respirar, pero resulta que la receta que giras es una sentencia de muerte: �tienes amianto�. Esas fibras cancer�genas han vivido contigo durante diez, veinte, treinta o, incluso, cuarenta a�os. Han estado calladas, hasta que han explotado. Cuarenta a�os de tu vida doblando la espalda m�s de ocho horas al d�a, en la mayor�a de los casos, para llegar a la jubilaci�n para poder vivir y disfrutar, pero el mineral cancer�geno se cruza en tu camino. Todos tus planes se vienen abajo.

Desde estas l�neas quiero expresar mi reconocimiento para estos afectados y para quienes, sabiendo que la lucha es dura y poco gratificante, siguen ah� contra viento y marea. Creo que esa es otra de las llamas que la clase trabajadora no debe dejar que se apague, a pesar de que sabemos que los gobiernos, empresarios, m�dicos y mutuas soplan fuerte para apagarlas.

La batalla es, y ser�, dura, pero es cierto que tiene la satisfacci�n de hacer frente a una de las mayores injusticias que se ha cometido contra la clase trabajadora: no poner las medidas preventivas adecuadas sabiendo que el amianto -igual que otras muchos productos qu�micos, t�xicos, etc�tera- era cancer�geno. En el Estado espa�ol se prohibi� en 2002, cuando m�s de medio siglo antes ya se sab�a de sus terribles consecuencias. En los pr�ximos a�os morir�n en la UE m�s de 500.000 personas por haberse intoxicado por amianto de forma directa o inhalando en el ambiente cercano a los centros de trabajo.

Lo peor de todo ello es que los afectados y sus familias, en este comienzo del siglo XXI, todav�a tienen que seguir peleando en los juzgados para que les reconozcan que la enfermedad que padecen, que les llevar� a la muerte, es debida al mineral cancer�geno que unos empresarios canallas utilizaron para llenarse los bolsillos.

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