Joseba VIVANCO

Estos días, las marismas de Txingudi rebosan de actividad: ardeidas, anátidas, paseiformes, rapaces... Más al interior del territorio vasco, Ataria, el nuevo Centro de Interpretación de los humedales de Salburua, tiene en la observación de aves uno de sus mayores atractivos. Inaugurado en junio del año pasado, suma ya cerca de las 100.000 visitas. En la sierra de Salbada o Garobel, en la frontera con Burgos, no sólo campa el lobo, sino que sus cielos los surcan más de 120 especies de aves, entre ellas el buitre leonado o el águila real. Éstos son sólo tres de los enclaves que por su alto valor ornitológico aspiran a formar parte de la red birdwatching o birding que BasqueTour, la agencia de turismo del Gobierno de Lakua, proyecta poner en marcha en los próximos meses para atraer a un nuevo turista, como es el amante de las aves, o añadir un aliciente turístico más y de ocio a la amplia oferta natural que ya ofrecen Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

En Nafarroa existe desde 2007 una iniciativa similar, una oferta que acaba de estar presente en agosto en la última edición de la British Birdwatching Fair, uno de los mayores eventos a nivel mundial en el mundo de la ornitología. No en vano, sólo en Gran Bretaña se calcula que hay unos 7 millones de practicantes de esta afición, frente a los, por ejemplo, 60.000 que se calculan en el Estado español. Especies como el quebrantahuesos, el picamaderos negro o la alondra ricotí fueron algunas de las aves por las que más se interesó el público que se acercó hasta el stand navarro. Por eso y por cómo llegar hasta este territorio.

Las montañas de Lapurdi, Nafarroa Garaia, Nafarroa Beherea y Zuberoa, por ejemplo, se sabe que canalizan la mayor parte del contingente de aves migratorias de Europa occidental. Ahora, Araba, Bizkaia y Gipuzkoa quieren subirse también a esa creciente oferta conocida en todo el mundo como birding o, literalmente, «desplazamiento turístico motivado por el deseo de observar o estudiar aves». Los primeros estudios ya están sobre la mesa e, incluso, en el último año se han celebrado dos jornadas de conocimiento sobre este incipiente turismo.

Zonas de obervación de aves, oficinas de información propias e itineraros ornitológicos son las tres patas de esta futura oferta que está empezando a levantar el vuelo. Entre las primeras hay ya definidas las que se incluirían en una primera fase: los parques naturales de Valderejo e Izki, las sierras meridionales alavesas, los hunmedales de Salburua, las lagunas de Guardia, el embalse de Uribarri-Ganboa, la sierra Salbada y Txingudi. Como se observa, la mayoría en suelo alavés. Para una siguiente fase se dejarían enclaves como Urdaibai, Matxitxako, Gorbeia, Urkiola, El Abra, montes de Ordunte...

Buitres leonados y alimoches

La potencialidad de esta oferta parece evidente. Asociaciones somo SEO/Birdlife la respaldan y la afición de muchos vascos por la ornitología se plasma en entidades como ésta u otras como las guipuzcoanas Sociedad Ornitológica Ugatza o la Sociedad Ornitológica Itsas Enara, o la vizcaina Sociedad Ornitológica Lanius, por no hablar de otras como la Sociedades de Ciencias Aranzadi o el Instituto Alavés de la Naturaleza.

Pero a ello se suman unos innegables atractivos. De las 605 especies que se conocen en la Península ibérica, 345 se pueden ver en estos tres territorios. Además, algunas como el buitre leonado o el alimoche tienen en Euskal Herria unas de las mejores colonias de toda Europa.

La apuesta de BasqueTour por el birding no quiere, no obstante, dirigirse en exclusiva a un turista especializado, autóctono, español, británico o alemán -con 1,5 millones de aficionados-, sino aportar un aliciente más a esa visita a las barras de pinchos de la parte vieja donostiarra o a esa degustación de caldos en una bodega de Rioja Alavesa.