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IBILIZ IBILI | Antxon Iturriza

Otoño en los bosques de Aralar. Travesía bajo las sombras de los hayedos

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El recién estrenado otoño es una época ideal para caminar por nuestros bosques. En pocas semanas los hayedos y robledales irán transformando paulatinamente el color de sus hojas en uno de los procesos estéticamente más hermosos que puedan contemplarse en la montaña.

La travesía que proponemos a través de los extensos hayedos de Aralar permitirá al caminante gozar de este proceso natural siguiendo senderos tradicionales y otros menos frecuentados.

El pueblo de Iribas (610 m), situado a 3 km de Lekunberri, será el punto de partida de este itinerario. De la parte alta del pueblo parte una pista con rumbo SO en dirección al conocido nacedero de Aitzarreteta. En los sucesivos cruces de pistas que nos van surgiendo tomamos siempre el ramal de la derecha hasta llegar a las cercanías de una borda recién restaurada (25 min). Frente a ella, la pista se transforma en sendero empedrado por el que ascendemos manteniendo en todo momento la referencia del balizaje blanco/amarillo de los senderos PR. Nos encontramos en la tradicional ruta hacia el santuario de San Miguel in Excelsis que sube al encuentro del collado de Burdingurutze (955 m) (1,05 h), puerta del valle de Ata.

Poco más abajo, antes de cruzar una gran langa, salvamos la alambrada por una ataka y avanzamos por una senda que discurre en paralelo a la pista del amplio valle de Ata. Poco más adelante debemos superar otra langa. (1,25 h) que nos sitúa frente al paso de una regata. A partir de aquí el sendero adquiere una mayor inclinación y enfila, siempre a través de los hayedos, hacia el célebre santuario. Pero no es ése nuestro destino de hoy. Ya a la vista de la cumbre de Artxueta, en el momento en el que el camino describe una rotunda curva hacia la izquierda para cambiar de vertiente e ir al encuentro del templo de las montañas (1,50 h), nosotros lo abandonamos para tomar por derecho afrontando directamente y sin sendero las últimas rampas de Artxueta.

Esta cumbre, invadida por un ejército de grandes antenas, no ofrece para el montañero más interés que el paisaje que domina, por lo que nosotros vamos a evitar su ascenso. Bajo el cono de la cumbre y sin alcanzar la carretera de servicio a las instalaciones, derivamos hacia la derecha en dirección a los depósitos que surten de agua al santuario. Junto a sus paredes discurre un sendero de ganado que va flanqueando en dirección oeste los resaltes rocosos de Artxueta. Poco más adelante su rumbo va derivando hacia el SO hasta cruzarnos, tras una breve descenso, con un itinerario balizado que procede del santuario (2,20 h).

Tomando a la derecha, en adelante vamos a seguir este camino que va penetrando en un bosque formando por hayas de gran porte con rumbo NNE. La senda es tenue y requiere seguir con atención las referencias del balizaje del PR.

Este sendero nos llevaría sin titubeos hasta la confluencia con al carretera de Lekunberri a San Miguel, pero unas talas recientes han cortado las referencias, que cuesta retomarlas de nuevo en medio del bosque cubierto de ramas y troncos. La alternativa es descender directamente siguiendo unas marcas rojas hasta alcanzar la carretera, justo frente al arranque de la conocida pista a Prantxes erreka (900 m) (2,50 h).

Para retomar nuestro itinerario deberemos ahora descender por la carretera y sobrepasar el mojón del km 9 hasta encontrar en el lado izquierdo del asfalto la continuación de la ruta (3,05 h).

El itinerario penetra de nuevo entre las masas boscosas siguiendo un antiguo camino en tramos calzado. Se llega así frente a un extenso maizal (3,25 h), flanqueado el cual cruzaremos algunos rasos limitados por cercas que deberemos salvar por las atakas correspondientes.

Llegamos así al cruce de una pista, junto a la cual encontramos un indicador (785 m) (3,35 h). Una interesante opción sería seguir el rumbo hacia Baraibar, pero nuestra ruta va a escoger la pista que sigue el balizaje rojo/blanco de la GR 12 (Vuelta a Aralar).

La pista empedrada nos lleva a reencontrarnos de nuevo con la carretera, pero no debemos cruzar la langa metálica que nos separa de ella. Junto a la alambrada, discurre en paralelo un sendero por el que caminaremos hasta encontrar, poco más adelante del km 6 de la carretera, otra cancela desde la que, ahora sí, vamos a cruzar el asfalto (3,50 h).

Al otro lado se abre una senda por la que avanzamos ahora siguiendo el trazado de la GR-12 hasta confluir en breve, junto a un indicador y en la proximidad del nacedero de Aitzarrateta, con el itinerario de subida. Sólo nos resta ya recorrer a la inversa el tramo de pista que nos separa del pueblo de Iribas (610 m) (4,25 h).

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