GARA > Idatzia > Kultura

JOSÉ DUESO, antropólogo experto en mitología vasca

«En Zugarramurdi el mito de la sorgina se funde con el de la bruja europea»

Dueso no cree en brujas, aunque ha nacido en tierra de sorginas, en Pasai-Donibane. Acaba de publicar el libro «Historia y leyenda de las brujas de Zugarramurdi» en vísperas de que, en noviembre, se cumplan 400 años del proceso de Logroño. Este antropólogo ha escrito también «La primitiva religión de los vascos» o los doce volúmenes de «Cuentos y leyendas de la Euskal Herria fantástica».

p057_f01.jpg

Aritz INTXUSTA |

Ni akelarres, ni gatos negros. Detrás de la quema de las once brujas de Zugarramurdi en Logroño sólo encontramos el puro interés económico del abad del monasterio de Urdax. José Dueso desmonta casi cruelmente el mito del proceso abierto por la Inquisición hace exactamente cuatrocientos años. Sin embargo, sigue siendo un apasionado de la leyenda que nació a partir de ese momento y que dura hasta nuestros días.

¿Qué sabemos de esas mujeres de Zugarramurdi que fueron quemadas? ¿Eran brujas?

Sabemos quiénes eran y que durante 400 años han aguantado ese sambenito. Pero, aunque tarde, ahora las reivindicamos. Fue una injusticia irreparable. No había nada de verdad. Sí que en Euskal Herria, sobre todo en las zonas rurales, había gente que poseía creencias que no eran demasiado ortodoxas para la Iglesia. Sin embargo, el problema de fondo es que existían una serie de vecinos díscolos en Urdax y Zugarramurdi. Personas que estaban hartas de ser esclavos del abad de Urdax. En aquella época, estos dos municipios pertenecían al monasterio. Los vecinos de la zona trabajaban para los monjes y a cambio recibían sólo las migajas, lo que les sobraba a los religiosos.

¿De qué forma se rebelaron ante el abad de Urdax?

Hay que tener en cuenta que en aquella época aún quedaban por definir las fronteras. No se ha solucionado la integración de Nafarroa en Castilla y hay partidarios de los franceses. Había contrabando y escaramuzas y, en definitiva, se trataba de una zona de espías. Precisamente, uno de los espías era el abad, que trabajaba para el rey de España. Tras el proceso de Logroño, también será espía de la Inquisición: le nombran familiar del Santo Oficio. Él fue quien llamó a título personal a los inquisidores. El motivo verdadero era que el abad necesitaba escarmentar a unos cuantos para que todos se mantuvieran tranquilitos. El abad abrió la caja de los truenos en enero de 1609 y esas mujeres fueron sus cabezas de turco. Pero el proceso duró más de un año.

¿Es cierto que no hubo torturas?

No, porque no hizo falta. Lo recoge uno de los inquisidores. Con la sola amenaza de que podrían ir a la hoguera, los vecinos de Zugarramurdi y Urdax comenzaron a confesar una sarta de disparates. El proceso sí que fue duro y largo, con interrogatorios, careos y muchísimos folios: muy burocrático. Al final, entre varias condenas salieron once penas de muerte. Pero sólo cinco mujeres serían quemadas vivas, porque las otras seis habían muerto en la prisión. En su lugar se llevó a la hoguera un monigote con sus huesos.

¿Cuáles de esas mujeres han pasado ya a la historia?

La bruja más famosa de todas es María de Zozaia. Pero lo cierto es que esa mujer jamás estuvo en Zugarramurdi. Era de Renteria. En la redada contra las brujas que realizó Valle Alvarado se detuvo también a personas de Bera, Etxalar, Donostia, Tolosa, etc. Hay cerca de mil implicados en el proceso de Zugarramurdi. Además de los condenados a muerte, mucha otra gente padeció destierro, azotes, prisión, etc. El caso de Zozaia fue una injusticia, ya que si alguien se reconocía brujo y se arrepentía no acababa en la hoguera. Sin embargo, a esta anciana acabaron quemándola acusada de maestra de brujas.

¿Qué papel jugó en el proceso de Logroño el «Malleus Maleficarum»?

Realmente, la Inquisición española no estaba preparada para temas de brujas. Estaban especializados en herejes. Se dedicaban a blasfemos, sodomitas, adúlteros, sectas, judíos, etc. Si a alguien le acusaban de mantener sexo con animales, iban a la hoguera él y el animal. Lo de las brujas les venía grande. No obstante, había habido otros procesos en Europa y en todos ellos se había seguido el mismo manual, que aparece en el libro conocido como «El Martirio de las brujas» o «Malleus Maleficarum». Este libro, escrito a finales del siglo XV, fue best-seller durante siglos y mandó a muchísima gente a la hoguera. El «Malleus Maleficarum» contiene una pauta de interrogatorio, dice exactamente al inquisidor qué debía. Por ejemplo, siempre preguntaban a la mujer «¿has estado con un macho cabrío?» y la torturaban hasta que decía que sí. Por eso es tan parecido el proceso de Zugarramurdi al de Dinarmarca, por eso todas las brujas de Europa poseen los mismos poderes. Se trataba de respuestas inducidas.

Sin embargo, algo tendrán esas tierras. Un año antes ocurrió el proceso de Iparralde, con unas sesenta personas condenadas a muerte por brujería.

Se trata de dos procesos muy distintos. El proceso de Iparralde fue llevado por instituciones públicas, no por la Inquisición. En este caso hay un interés concreto por controlar los puentes de Ziburu, el dinero de los peajes. La caza de brujas era el mejor pretexto para asustar. También se recurre al «Malleus maleficarum» y, a través de sus respuestas inducidas, aparece lo de siempre: el gato negro, vuelos nocturnos, niños envenenados... Gente que escapó de esa caza de brujas en Iparralde se refugió en Zugarramurdi. De hecho, hay una chica de Ziburu que declara que había ido a akelarres a Zugarramurdi.

¿Cómo se relaciona la figura de la sorgina con esa bruja estereotipo marcada en el «Martirio de las brujas» ?

Son dos figuras muy distintas. En la tradición de Euskal Herria existe una bruja que no es humana. Sin embargo, las cazas de brujas de la inquisición se realizaron contra mujeres u hombres que han abandonado el cristianismo o, supuestamente, adoraban al diablo. La bruja tradicional es una especie de hada o de lamia. En realidad, la sorgina es una ninfa, un personaje del folklore que espanta caminantes, secuestra niños... una especie de hada mala. Con la llegada de un proceso tan dramático como el de Zugarramurdi, esas mujeres de carne y hueso asumieron el rol del personaje de fantasía. Hay un ejemplo curioso de cómo se fusionan estos dos personajes. Una de las maldades que confesó María de Zozaia fue convertirse en liebre para engañar a un clérigo de Renteria aficionado a la caza. Tenía al cura todo el día detrás de ella, sin poder cazarla. La Inquisición lo dio por válido. ¡Pero si esa era la vieja leyenda de Mateo Txistu y la sorgina!

 
brujas

«El interrogatorio buscaba respuestas inducidas y era el mismo aquí y en Dinamarca. Por eso todas las brujas de Europa poseen parecidos poderes»

inquisidores

«Si la Inquisición española atrapaba a un zoófilo, le mandaba a la hoguera a él y al animal. Los temas de brujas le venían grandes»

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo