Webber, Alonso, Hamilton, Vettel y hasta Button, todos en un margen de 25 puntos. Las cuatro pruebas que restan para el final del Mundial 2010 de Fórmula Uno serán más apretadas que un tango. Ajustadas casi hasta la claustrofobia, trasunto de lo que se pudo ver en el Gran Premio de Singapur, donde la falta de escapatorias y la cercanía de los muros hizo que más de uno sintiese muy próxima la asfixia. Y entre todos, pese a la sañuda oposición de Sebastian Vettel, fue Alonso quien salió ganador.

El asturiano de Ferrari debió sacar lo mejor de su talento para doblegar al joven piloto de Red Bull, que aguantó el ritmo de carrera del piloto de Ferrari y achuchó a su rival en pista y en boxes, más tras las dos veces que salió el coche de seguridad, aunque no consiguió enseñarle la rueda.

Gracias a su segundo triunfo consecutivo, Alonso se eleva a la segunda plaza de la clasificación general, y el propio Vettel vuelve a ganar opciones de victoria, ya que se sitúa en cuarta plaza, a 21 puntos de su compañero de escudería Mark Webber.

Cabe destacar también la gran carrera del piloto australiano de Red Bull. Después de una mala salida, aprovechó la primera aparición del safety car -ya que el Force India de Liuzzi se había quedado en un lugar peligroso para los participantes- para realizar el reglamentario cambio de neumáticos. Su ritmo de carrera era muy inferior al del dúo Alonso-Vettel, pero le bastaba para saber que los McLaren estarían a tiro cuando éstos pasaran por boxes. No es lo más usual que una escudería haga estos experimentos estratégicos con el líder del Mundial de pilotos, pero Webber se está convirtiendo en un auténtico especialista en estas lides.

Y además logró su objetivo. Los McLaren tampoco seguían al dúo de cabeza, y además sufrían extremadamente tanto de los frenos como por la degradación de las gomas, especialmente Hamilton, el gran perdedor de ayer.

La justa entre Hamilton y Webber

El australiano de Red Bull lograba remontar hasta la tercera plaza, superando a Button y a Hamilton, pero éste, el primer piloto de McLaren, no estaba dispuesto a ceder por las buenas un sitio en el podio. De esta guisa, Hamilton decidió atacar con todo a la que vio que el piloto oceánico sufría para doblar.

El ataque del de McLaren fue furibundo, pero Webber se dijo que no había alcanzado el podio para soltarlo gratuitamente. Pese a tener a Hamilton con medio coche por delante, y como si de una justa medieval se tratara, cerró la puerta de una curva a izquierdas, sin importarle la suerte que pudiera correr su coche o el de su rival. Contra todo y contra todos: vencer o morir.

Y Webber venció, y Hamilton murió. El toque que le dio el australiano obligó al inglés a abandonar la prueba. El caballo ganador de McLaren sigue en tercera plaza de la general, pero ya ha enlazado dos inoportunos abandonos en los dos últimos grandes premios. Demasiado para un piloto de su talla.

Mientras, Vettel seguía acechando a Alonso, pero sin meterle el morro y Button se permitía arrimarse a Webber, pero no llegó a inquietarlo. Rosberg y Barrichello sumaban unos buenos puntos gracias a su regularidad y Kubica mostraba su clase en unas grandes vueltas finales. El último giro también dejó la imagen del coche de Kovalainen envuelto en llamas, mientras que el propio piloto, con una pasmosa tranquilidad, sofocaba el incendio con un extintor.

Ahora toca esperar a Japón. Que siga sonando el tango y que bailen todos, bien apretados.