RAIMUNDO FITERO
Apreciaciones
Cómo se puede hacer una huelga general contra las medidas de ajuste económico y laboral y decir a la vez que no se hace contra el Gobierno? Lo he oído argumentar en un noticiario televisivo y me ha crujido el osario. Apreciaciones tan meticulosas no tienen encaje en las motivaciones clásicas que impelen al personal a participar en un paro general para protestar e intentar que se rectifique una política económica absolutamente entregada a los designios del capitalismo más retrógrado, sin matiz alguno, como si solamente existiera una manera de afrontar los problemas.
Hay tantos motivos para denunciar estas políticas de desmontaje de todos los logros conseguidos en los últimos años, que actitudes de esta índole solamente hacen que un ciudadano despistado, a vista de televisión, entre en un estado de confusión mayúsculo, porque por un lado aparecen hasta en la sopa los secretarios generales de los dos sindicatos más domesticados a los que desde la caverna mediática les están dando estopa y por otro aparecen adhesiones que forman parte de un recuento de posturas ambiguas. Pongamos que hablo de los artistas e intelectuales que son los que aseguran apoyan la huelga; dicen que harán huelga, pero inmediatamente dicen que no es contra ZP. ¿Contra quién la hacen, contra el destino, la historia, dios?
Todos los noticiarios nos ofrecen imágenes de los mineros del carbón, en la calle, con barricadas; en los pozos, encerrados; en los ministerios, en huelga de hambre. El carbón, sus minas, sus accidentes, esas caras sucias, saliendo de los elevadores, los cascos con linternas de carburo, forman parte del imaginario de lucha del proletariado, de la clase obrera, de la vindicación. Hoy parecen formar parte de un cuadro antiguo, como si nos pasaran un documental de hace décadas, incluso siglos, pero estamos ante una realidad, está sucediendo ahora, se hace visible, por lo que podríamos entender que se coloca en nuestras pantallas para descargar tensiones, o simplemente para remarcar una situación insostenible. Ésta es otra apreciación neorrealista de lo que consideran noticiable los servicios informativos de las cadenas televisivas.