Las reflexiones que están llevando a cabo todas las formaciones políticas con presencia en Euskal Herria sobre los pasos que se están dando en los últimos meses en pos de una solución democrática al conflicto político, y a las expresiones de violencia que éste conlleva, no van a ser trasladadas a la opinión pública de la noche a la mañana. Al menos quienes siguen instalados en «el frente del no» necesitarán tiempo para reubicarse en este escenario que, como el sábado se observó en Gernika, está ofreciendo imágenes en permanente movimiento, difíciles de imaginar hace apenas un año.

No obstante, escuchando ayer el discurso de Iñigo Urkullu, en el Alderdi Eguna del PNV, o los comentarios de Patxi López, desde Shangai, sobre la entrevista a ETA que publicaba ayer este diario parece que se les está parando el reloj de la iniciativa política, si no es que están instalados en una máquina del tiempo que viaja hacia el pasado. Los eslóganes fáciles tienen fecha de caducidad, especialmente cuando sólo tratan de desacreditar a la otra parte sin hacer ningún tipo de aportación al conjunto de la sociedad; cuando intentan poner una gigantesca venda a la ciudadanía para que no contemple la realidad tal como es, un complejo escenario de relaciones en continuo movimiento.

Es indudable que los posicionamientos del PNV y los del PSOE influyen notablemente en el devenir de la política vasca, para bien y para mal, y que sin su participación no se podrá lograr un marco democrático completo, pero también es evidente que, en los últimos tiempos, el conjunto de este país camina a un ritmo más veloz que el que pretenden imponer las direcciones de esos dos partidos, a quienes, conviene destacar, el PP aplaude, aunque sea con algún que otro recelo, cada vez que repiten el ya suficientemente manido mensaje de «no vemos nada nuevo». Cuando la mayoría de la sociedad vasca está percibiendo con total nitidez los cambios que nos acercan a un escenario de paz y soluciones democráticas, hacer gala de semejante ceguera política puede resultar contraproducente.