También en la banda derecha del periodismo, una de las plumas habituales de «El Mundo» en este tipo de temas, Ángeles Escrivá, mostraba poco entusiasmo por cómo se están desarrollando las cosas y parecía lamentarse al afirmar que «pudiera pensarse que nos hubiéramos evitado todo esto si la Mesa Nacional de Batasuna continuase en prisión, si se hubiese detenido a sus sustitutos y se les hubiese impedido reunirse con EA o Aralar bajo la acusación de estar prolongando la actividad de una formación ilegalizada». En un análisis que transmitía una profunda sensación de desasosiego, la periodista explicaba que asesores del Gobierno español han manifestado «su preocupación por el hecho de que estas andanadas de supuestos pasos dados por ETA y Batasuna, puedan dejar al Ejecutivo ante la opinión pública vasca como la parte más inmovilista. Y al Ejecutivo, esa cuestión, le importa».

En este contexto, «El País», en su editorial, marcaba que «el Gobierno debe mantenerse firme, cuidando cualquier gesto, cualquier declaración que genere falsas expectativas a quienes creen que la violencia puede otorgarles ventajas». Por su parte, como el «Abc», su hermano del grupo Vocento en Bizkaia, «El Correo», incluía en un único texto la información sobre la entrevista a ETA y el acuerdo de Gernika, y de éste afirmaba que se trata de una «demostración de fuerza» que «se produce en vísperas del Alderdi Eguna, en el que el PNV tiene previsto anunciar una iniciativa política sobre la tregua».

Desde las páginas más cercanas a la formación jeltzale, Pablo Muñoz encabezaba su columna en los diarios del Grupo Noticias con un «Esto sí que es nuevo», y añadía que «a estas alturas casi nadie duda de que algo se está moviendo en el escenario político vasco». El veterano periodista auguraba, respecto al documento suscrito el sábado, que «ahora vendrán los peros» y que «se apelará, primero, a la desconfianza, a que ya estamos escarmentados, y se le buscarán los tres pies al gato por una coma o una palabra más o menos ambigua», pero advertía de que el panorama «sí que ha cambiado» y que «no vale solventar el asunto con el argumento de que la izquierda abertzale ilegalizada va a la desesperada porque su actual situación es insostenible».

En «Público», el redactor destacaba sobre el mismo tema que Batasuna, EA, Aralar, Alternatiba, AB y otras 23 organizaciones vascas «suscriben un manifiesto en Gernika en el que marcan su propia ruta hacia la paz», mientras «Berria» explicaba que «los firmantes de la declaración de Gernika han establecido las bases para un escenario paz».