Silvio Berlusconi superó ayer sin problemas la cuestión de confianza a la que se había sometido ante la Cámara de los Diputados con el fin de comprobar si su Gobierno contaba con suficiente respaldo parlamentario tras su ruptura con Gianfranco Fini. Berlusconi obtuvo la confianza de la Cámara gracias a los votos de los disidentes de su propia coalición de derecha, con lo que evita unas elecciones anticipadas.

El Gobierno obtuvo 342 votos a favor y 275 en contra, después de que el grupo de diputados que siguió a Fini tras su expulsión del Pueblo de la Libertad (PdL) y creara el nuevo partido Futuro y Libertad (FLI), optara por respaldar al Gobierno. En contra votaron, además del Partido Democrático (PD) e Italia de los Valores (IDV), la Unión de Demócratas Cristianos y de Centro (UDC), de Pierferdinando Cassini, antiguo aliado de Il Cavaliere. Además, hubo tres abstenciones.

En la victoria de Berlusconi fueron clave los 34 votos de Futuro y Libertad y los cuatro del Movimiento por la Autonomía (MAP) de Raffaele Lombardo -uno de los diputados no votó-, ya que sin ellos, el Gobierno no habría alcanzado los 316 votos necesarios y se habría quedado en 305. De hecho, los «finianos» no tardaron en colgarse la medalla y uno de sus miembros, Carmelo Briguglio, ha destacado que «el resultado del voto ha dicho a los italianos que sin Futuro y Libertad no seguiría existiendo este Gobierno».

También lo vio así el líder de la Liga Norte y ministro de Reformas, Umberto Bossi, que reconoció que «los números son limitados y el camino es estrecho». «En la vida es mejor tomar el camino maestro y el camino maestro eran las elecciones», insistió Bossi, quien admitió que «Berlusconi no lo ha querido y ahora estamos en este punto».

Hoy, en el Senado

Berlusconi deberá pasar hoy el mismo proceso en el Senado, donde, tras el resultado de la votación de ayer, se da por descontado que superará la moción de confianza ya que el PdL y sus aliados de la Liga Norte cuentan con los 161 votos necesarios, a los que se prevé que se sumen los diez de los «finianos».

El primer ministro, que abandonó la Cámara antes de la votación, había defendido por la mañana la necesidad de que su Gobierno se mantuviera porque no había «otra alternativa» y porque el país necesita estabilidad en estos momentos de crisis. «Hago un llamamiento a todos los moderados y a todos los reformistas, es un llamamiento que hago también a las fuerzas más responsables de la oposición: valorad nuestro programa», fue su mensaje.

Durante su intervención matinal, que se prolongó casi una hora, avanzó sus planes de reforma y defendió los logros de sus dos años de Gobierno.

El debate previo a la votación fue acalorado, sobre todo porque algunos diputados de la UDC expresaron su intención de respaldar al Gobierno y por el apoyo final de los partidarios de Fini.

La nueva actitud conciliadora de Berlusconi suscitó en cambio fuertes críticas de la oposición de centro-izquierda, que denunció la «compra y venta de parlamentarios» por parte de la mayoría de derecha para obtener la confianza y evitar la caída: «Vivimos en el paraíso fiscal de la política». dijo Pierluigi Bersani, líder del PD. Señaló que «no se sabe en qué Italia vive, lleva 15 años vendiendo una fábula que es solo burbujas, es hora de irse a casa».

«Violador de la democracia»

También Antonio di Pietro, líder de IDV, acusó a Berlusconi de «vender humo y alfombras», y le definió como «un violador de la democracia» y de «inventor de una corrupción de nuevo cuño». Di Pietro, cuya intervención fue la más dura, acusó a Il Cavalieri de hacer girar la política del país en torno suyo y de no asumir nunca la responsabilidad. «No puede ser siempre culpa del enemigo: los comunistas, la oposición, los gitanos, el Tribunal Constitucional», subrayó.

El líder de la UDC Pierferdinando Casini aclaró que su partido «sigue la senda de la oposición republicana, que va en el sentido de responsabilidad, que no tiene nada que ver con el transformismo, que es el cáncer de la vida democrática de este país».

El jefe de filas de FLI en la Cámara, Italo Bocchino, justificó el respaldo al Gobierno. «Estamos disponibles (para hablar) de todo lo que está escrito en el programa (de Gobierno) y sobre el resto también, pero sin imposiciones», señaló. Siempre que se trate de cuestiones incluidas en el programa inicial de Gobierno «tendrá nuestros votos», le prometió a Berlusconi.