Huelga general
Zapatero aguarda a UGT y CCOO en el diálogo social tras la huelga
Los sindicatos UGT y CCOO consideraron que la huelga de ayer en el Estado español fue un éxito que debe hacer rectificar las políticas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y situaron su seguimiento en un 70%, aunque el consumo de energía bajó entre un 10% y un 18%. El presidente español, por su parte, ofreció a los sindicatos continuar negociando nuevas reformas en las políticas de empleo, el sistema de pensiones y la negociación colectiva.
GARA | MADRID
La huelga general convocada contra la reforma laboral acometida por el Gobierno español paralizó ayer la industria y dificultó el transporte, pero tuvo un impacto más limitado en los comercios y en la Administración. UGT y CCOO situaron el seguimiento en el 70% y en diez millones el número de trabajadores que la secundaron durante toda la jornada.
Los secretarios generales de CCOO y de UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, aseguraron que la huelga fue un «éxito» de participación y «de democracia» e insistieron en que el Gobierno debe «rectificar y salir del callejón en el que se ha metido».
Por su parte, el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, insistió en que confía en encontrar «cauces de diálogo» a partir de hoy. Tras aprobar la reforma laboral, Rodríguez Zapatero espera pactar ahora la reforma de las políticas activas de empleo, la negociación colectiva y el sistema de pensiones.
El Gobierno español confía en que ambas centrales continúen en su estrategia de diálogo social y, la titular de Economía, Elena Salgado, precisó que, en cualquier caso, las reformas emprendidas por el Gobierno seguirán adelante «en lo fundamental».
Dispuestos a escuchar
Todavía en la jornada de huelga, UGT y CCOO se mostraron dispuestos a escuchar «lo que tengan que decir», aunque Toxo matizó que «no atenderemos aquellas que son de paripé, como las realizadas por el Ejecutivo hace unos días para consultarnos sobre los Presupuestos para 2011». El secretario general de CCOO añadió que «está en su mano -la del Gobierno- corregir su política y encontrar así más confianza» para mejorar la situación económica. De la misma opinión se mostró el líder sindical de UGT, quien explicó que los sindicatos no habían convocado la huelga para hacer caer al Gobierno y sí para que modifique sus políticas. Los sindicatos «tenemos derecho de información, consulta y participación a los que no vamos a renunciar», manifestó Méndez.
Demanda de electricidad
Como reflejo del seguimiento de la huelga, la demanda de gas fue un 10% inferior a la media registrada un miércoles cualquiera, mientras que la de electricidad era a las 19.00 un 14,6% inferior a la prevista en caso de no haberse producido la huelga general, una caída que era del 17,8% a las 13.00.
Según los sindicatos, los porcentajes de seguimiento difieren en cada sector industrial pero en todos superan el 70%. Por su parte, el presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, afirmó que la huelga sólo tuvo un seguimiento alto donde actuaron lo que calificó de «piquetes coactivos».
La patronal del metal, Confemetal, situó el seguimiento entre el 60% y el 70%. Fuentes del sector del automóvil admitieron que las principales plantas pararon su producción.
En la construcción, las centrales sindicales calcularon que el seguimiento supera el 90%, mientras que la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) rebajó el porcentaje al 10%. Los doce aeropuertos afectados por los servicios mínimos funcionaron con normalidad, al igual que el transporte por carretera y los puertos. Los mayores problemas tuvieron lugar en el transporte urbano, en especial en los lugares, como Madrid, en los que no se habían pactado los servicios mínimos.
La actividad de los mercados centrales, como Mercamadrid o Mercabarna se redujo entre el 80% y 100% durante las primeras horas, según los sindicatos. En cuanto al comercio, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) cifró el seguimiento de la huelga entre el 5% y el 6%
Por su parte el Gobierno español sólo dio datos del seguimiento en la Administración General del Estado, en la que lo cifró en un 7,48% y en un 12% en las administraciones locales.
Más de cien detenidos
Por otra parte, la jornada de huelga dejó más de cien detenidos en todo el Estado español. En Getafe la Policía llegó a disparar sus armas durante la actuación de un piquete de la factoría de CASA-EADS. En Coslada (Madrid), una sindicalista resultó herida al ser arrollada por una furgoneta de reparto de prensa que intentaba eludir la acción de un piquete.
Sólo en la Comunidad de Madrid, la Policía y la Guardia Civil detuvo a 38 personas y otros 1.500 integrantes de piquetes fueron identificados.
En Barcelona, el desalojo de las personas que ocupaban la antigua sede de Banesto en la plaza de Catalunya por parte de los Mosos d'Esquadra, fue el inicio de incidentes que duraron durante todo el día.
A partir del mediodía, se levantaron barricadas con contenedores en distintos puntos del centro de la ciudad y se incendió un vehículo de la Guardia Urbana. Al menos 43 personas fueron detenidas.
En Mataró, las Fuerzas de Seguridad detuvo a seis miembros de un piquete. En Andalucía fueron arrestadas diez personas en Córdoba, Sevilla, Málaga y Almería. Tres sindicalistas resultaron heridos tras ser atropellados por un vehículo cuando formaban un piquete informativo en la provincia de Huelva.
También sufrieron heridas tres personas en una carga policial en la factoría de Michelin en Valladolid. En Valencia se vivieron momentos de tensión cuando la Policía cercó a un piquete y les impidió circular. En Alicante se detuvo a dos personas, y en Galicia a otras doce.
Decenas de miles personas se manifestaron ayer en Bruselas en contra de las medidas de austeridad aplicadas en los estados de la Unión Europea (UE), al mismo tiempo que la Comisión Europea (CE) proponía un paquete legislativo para mejorar la vigilancia económica de los Veintisiete.
En un ambiente colorido y festivo, los manifestantes llegados de numerosos países europeos recorrieron las calles de la capital belga hasta llegar a los aledaños de la sede del Ejecutivo comunitario, al que reclamaron más medidas de apoyo a la creación de empleo en lugar de planes de recorte del gasto público.
La marcha fue el acto principal del «Día de Acción Europeo» -tal y como lo bautizaron sus organizadores, la Confederación Europea de Sindicatos (CES)-, una jornada en la que se llevaron a cabo protestas sindicales «desde Serbia hasta España», según dijo el secretario general de dicho organismo, John Monks.
Bajo el lema «No a la austeridad. Prioridad al empleo y al crecimiento», los sindicatos europeos congregaron a unas 56.000 personas, según estimaciones de la policía local de Bruselas, aunque la CES afirmó que el número de manifestantes alcanzó los 100.000. Monks calificó la «euro-manifestación» de «gran éxito para los trabajadores europeos», y confió en que ésta sirva como «señal clara para que los dirigentes europeos dejen de escuchar solamente a los mercados». «No podéis seguir ignorando la cólera y la inquietud de los trabajadores», dijo el secretario general de la CES a los líderes europeos.
Pero el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, no se dio por aludido ya que mostró su «absoluto convencimiento» de que las propuestas económicas de la Comisión sobre ajustes presupuestarios y reformas estructurales «son las mejores para la defensa de los intereses de los trabajadores europeos».
El presidente de la CE señaló que el déficit excesivo de algunos países obliga a los gobiernos «a tomar medidas extremadamente difíciles en el plano social». Los gobiernos toman esas medidas «no por placer, sino porque consideran que no hay otra solución», destacó.
Barroso explicó que en casos de elevada deuda pública «el dinero de los contribuyentes no puede destinarse a los servicios públicos como la salud, la educación o las pensiones». En cambio, opinó que lo que interesa a los trabajadores es «una política seria y creíble de respeto a los principios macroeconómicos»
Monks, en cambio, calificó de «locura» los planes de la CE y mostró su apoyo a la huelga general celebrada en el Estado español, ya que a su juicio, este país ha aplicado «las peores medidas de austeridad de toda la UE después de las de Grecia».
Los sindicatos «son conscientes de que los gobiernos tienen déficits importantes», pero piden a los países «que no caigan en el pánico» y que concentren su gasto público en el fomento del empleo, en particular el de los jóvenes, señaló Monks.La Policía detuvo a 148 personas antes de la manifestación.
También en Portugal miles de manifestantes protestaron en la capital portuguesa contra el desempleo y la injusticia social en una marcha organizada por el mayor sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP). Consignas contra el Gobierno de José Sócrates y su severo programa de contención del gasto público así como lemas a favor del aumento de salarios, sobre todo entre los jóvenes, dominaron la marcha. Sus portavoces criticaron la política económica del Ejecutivo luso, que entre otras decisiones, ha aumentado los impuestos de la renta entre el 1% y el 1,5% y el IVA del 20 al 21%, extendió los peajes en las autopistas y creó nuevos impuestos a las plusvalías bursátiles (20%) y las rentas superiores a 150.000 euros (45%).
No había concluido la jornada de protesta cuando el Gobierno portugués anunció nuevas medidas de austeridad que incluyen otro aumento del IVA de dos puntos, del 21 al 23%, una rebaja del 3% al 10% de los salarios de los funcionarios y varios recortes de gasto e inversión estatal.
Las movilizaciones del Día de Acción Europeo se extendieron por Italia, Irlanda, Polonia, Rumanía, la República Checa, el Estado francés o Grecia, donde la huelga de transporte colapsó Atenas. GARA