El género movie es el invento de Hollywood para explotar las parodias de sus propias películas de éxito, alargando así la vida comercial de fenómenos como la saga «Crepúsculo», que es revisada por los mismos que perpetraron «Epic Movie» o «Disaster Movie».

Si ya es difícil encontrar una línea argumental coherente en la saga basada en las novelas para adolescentes de Stephenie Meyer, lo es todavía mucho más en su correspondiente versión paródica. A falta de un hilo conductor, «Vampires Suck» no es más que una sucesión de sketches sueltos, supuestamente humorísticos, pero que nunca llegan a constituir lo que se entiende por una comedia terrorífica al estilo de la obra maestra de Roman Polanski «El baile de los vampiros».

En teoría, la gracia de «Vampires Suck» reside en las imitaciones. Las principales corren a cargo de Jenn Proske y Matt Lanter, quienes imitan respectivamente a Kristen Stewart y Robert Pattinson, para indignación de sus fans.

Abundan las referencias a programas y shows televisivos de gran audiencia en EEUU, con bromas que serán menos apreciadas en el resto del mundo. En cambio, no pasará desapercibida la fiesta de disfraces a cuenta de Lady Gaga o Black Eyed Peas.