Zapatero insiste en que no rectificará la reforma laboral porque es «imprescindible»
El Gobierno español no tiene intención de mover una coma de la reforma laboral, y tampoco pretende cambiar su hoja de ruta respecto al sistema de pensiones. Lo dejaron claro ayer el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, y la titular de Economía, Elena Salgado, que marcaron los límites al diálogo que aún propugnan los sindicatos convocantes de la huelga del miércoles. La reforma de las pensiones será tratada la semana que viene en el Congreso.
GARA
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó ayer que no cambiará la reforma laboral porque, sostuvo, es «imprescindible». En unas declaraciones a RNE, recogidas por la agencia Efe, el mandatario español dijo también que reanudará el diálogo social con UGT y CCOO cuando haya nombrado a un nuevo ministro de Trabajo, a mediados de octubre, pero avisó de que «hay que trabajar con prudencia» y no «levantar expectativas».
Estas declaraciones llegaron después de que el jueves, horas después de la huelga general convocada por esos dos sindicatos en el Estado español, representantes de su Gabinete y el secretario general de UGT coincidieran en destacar su apuesta por el acuerdo. Zapatero, por contra, dejó claro que no pretende variar un ápice sus medidas, y dijo que tiene el «absoluto convencimiento» de que dentro de unos años se verá «que hicimos lo que tuvimos que hacer». En este sentido, afirmó que los efectos de la reforma laboral se verán a medio plazo y aseguró que su gobierno la ha hecho porque no puede «resignarse» a que cada vez que hay una crisis el paro suba más en el Estado español que en el resto de los estados europeos.
El carné de afiliado a la UGT
Zapatero señaló que vivió «con preocupación» la huelga general, pero también con «ganas» de explicar a los sindicatos, especialmente a UGT, porque tiene el carné de afiliado, que el Gobierno está tomando decisiones para que la economía crezca y se vuelva a crear empleo.
Respecto a los mercados financieros, consideró que sería «poco responsable» si no estuviese «atento» a lo que dicen, porque a pesar de que «juegan a la lógica del beneficio» son los que financian los gastos en políticas de escuelas o carreteras, entre otros, y por tanto, «necesitamos una carta de presentación de nuestras cuentas».
En materia de pensiones, Zapatero dijo que está dispuesto a «explicar y convencer» de que retrasar la edad de jubilación es «una buena fórmula».
En el mismo tono y también sobre las pensiones, la vicepresidenta segunda y titular de Economía, Elena Salgado, recordó que su posición respecto a este tema no ha cambiado. «Los sindicatos saben los márgenes que tenemos. Las reformas tenemos que hacerlas y el presidente del Gobierno ya ha dicho que, en el desarrollo de esas reformas, por supuesto que contamos con ellos», declaró Salgado en Bruselas, donde acudió para asistir a una reunión de ministros de Finanzas europeos.
También explicó que en el Ejecutivo están esperando a lo que se decida en el marco del Pacto de Toledo. En este sentido, lo más probable es que el jueves o viernes de la próxima semana los grupos del Congreso español aborden el debate sobre la reforma de las pensiones.
Las reformas del sistema de pensiones, la reforma laboral y las medidas de ajuste emprendidas por el Gobierno español la pasada primavera fueron exigidas por el resto de estados de la zona euro y por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en mayo, como condición para aprobar el fondo de rescate del euro, destinado a evitar el contagio de la crisis griega a otros estados, entre ellos el Estado español que, según se difundió entonces, estuvo a punto de entrar en bancarrota.
Zapatero sostuvo que no ha dado un giro en su política que, aseguró, es «progresista», sino que ha tomado decisiones «estratégicas»: mantener la cohesión social y afrontar las reformas que necesita el Estado español.
Auguró una subida del paro en setiembre y altas tasas de desempleo en el futuro, pero aseguró que si la reforma laboral genera los efectos que quiere el Ejecutivo irá mejorando el empleo, «que es lo último que se recupera» después de una crisis.
El empleo en los países desarrollados sólo recuperará el nivel de antes de la crisis en 2015, dos años más tarde de lo que se auguraba hace un año, según un informe difundido anteayer por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). «De continuar con las políticas actuales, la recuperación del empleo a su altura previa de la crisis se atrasará hasta 2015 en las economías avanzadas, en vez de hasta 2013 como se esperaba hace un año», alerta el estudio titulado «¿De una crisis a la siguiente?», del que informó la agencia Efe. Según se indica en el mismo, la principal razón para el cambio de este pronóstico reside en la retirada de los estímulos fiscales, «decisivos para el despegue de la recuperación», por lo que concluye que «la austeridad prolongará la crisis del empleo».
El responsable del informe, Raymond Torres, director del Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT, aseguró a la citada agencia que «hay un riesgo de desempleo de larga duración y de recesión prolongada en el mercado laboral».
El estudio precisa que en 35 países de los que se dispone de datos sobre este aspecto, casi el 40% de quienes buscan trabajo llevan desempleados más de un año, lo que significa que «están muy expuestos a la desmoralización, a la pérdida de autoestima y a problemas de salud mental». El porcentaje de parados de larga duración -más de un año- ha subido un 9% en doce meses, y «más de 4 millones ya han dejado de buscar trabajo». Además, en tres cuartas partes de 82 países analizados, la percepción de la gente sobre su calidad y nivel de vida disminuyó en 2009 en relación a los datos de 2006. GARA