El alcalde de Sestao, José Luis Marcos Merino, ordenó a la Policía municipal que precintase el vehículo de Luis Miguel Santamaría, de 52 años, que desde hace más de un mes y medio les servía de vivienda a él y a su hijo de 18 años, puesto que fue desahuciado. La plataforma Berri-Otxoak denunció ayer esos hechos y explicó que «desde finales de agosto Luis Miguel y su hijo están durmiendo en un coche en Barakaldo y Sestao». Santamaría está en paro y el hijo estudia en un instituto de Barakaldo. En ninguna de esas localidades le han dado una solución ante el grave problema.

La plataforma social denunció que el afectado y su hijo se encuentran en este momento «con la imposibilidad de acceder a una pensión o una vivienda al encontrarse en una situación de desempleo producto de la actual crisis económica». Según relataron, Santamaría es uno de los 16.088 parados que existen en Ezkerraldea, que ha agotado la ayuda de los 420 euros. «En concreto, el pasado 14 de junio se le acabó la prestación social y, una vez agotados todos los ahorros, ha terminado viviendo en la calle». Berri-Otxoak denunció que el Departamento de Acción Social del Ayuntamiento de Barakaldo «tiene paralizados desde mayo más de 1.530 expedientes de familias que han pedido ayuda social». Otro tanto ocurre en Sestao, «donde el dinero para las ayudas sociales se agotó en mayo, aun con el recorte de un 20% en las asignaciones».

Luis Miguel Santamaría explicó ayer que después de haberse reunido con los servicios sociales de Barakaldo y Sestao no ha conseguido nada, pero exige «que se haga efectivo el derecho que nos asiste a alguna prestación social que nos permita acceder a una vivienda digna, y que los servicios sociales realicen las gestiones necesarias para garantizarlo». En caso de que no sea así, responsabilizan a ambos ayuntamientos de «la situación grave de desamparo».

Santamaría recordó que después de estar trabajando «toda mi vida, me quedé en paro», y señaló que «al no disponer de domicilio, no puedo solicitar ayuda socal. Es un requisito imprescindible». Recordó, con tristeza, que se reunió con el alcalde de Sestao, José Luis Marcos Merino, para explicarle la situación. «Le dejé un teléfono de contacto, pero sigo esperando la llamada». Como su hijo estudia en Barakaldo, se dirigió a los servicios sociales, pero está a la espera de respuesta concreta. A lo más que han llegado ha sido a proponerle una reunión para la próxima semana, mientras tanto tendrá que seguir durmiendo en la calle con su hijo. Es la otra cara de la crisis.