Octubre termina por afianzar la victoria del otoño sobre el verano. Los museos de Euskal Herria aprovechan este momento para renovarse y mostrar nuevas exposiciones temporales. Las inauguraciones se suceden así estos primeros días de mes.

La primera novedad se abre al público mañana en el museo Bellas Artes de Bilbo. En este caso, una oportunidad de conocer el arte más cercano. El repaso por la obra de Jesús Mari Lazkano, (Bergara, Gipuzkoa) se remonta a sus inicios en los ochenta. 82 cuadros junto a una selección de dibujos permiten conocer el «virtuosismo» con el que busca trasladar una realidad casi fotográfica. La muestra se articula en ámbitos diferenciados, en los que se conocen los intereses de Lazkano tanto por la arquitectura y la ciudad como por las representaciones de «paisajes imaginarios en los que la naturaleza adquiere mayor protagonismo».

Bellas Artes, aún y todo, también ha tenido en cuenta a los conocedores del artista, por lo que la exposición, que permanecerá en la pinacoteca hasta el 16 de julio, incluye un conjunto inédito de obras pintadas ex profeso y que tienen el museo y sus espacios como tema principal. Los no iniciados en sus trabajos podrán disfrutar del juego conceptual con el que el artista desdibuja la diferencia entre representación y realidad.

La primera muestra que propone el Guggenheim bilbaino para este otoño se nutre se obras provenientes del Städel Museum de Frankfurt. En concreto, presenta una colección única que recorre la pintura holandesa y flamenca de la mayor hegemonía neerlandesa, es decir, de la denominada Edad de Oro. En esta caso son obras que no se habían visto anteriormente en Euskal Herria, ni tampoco en el Estado español. Las temáticas son variadas y consiguen plasmar los grandes géneros en los que se especializaron los artistas de la época: naturalezas muertas, historia, paisaje, retrato y pintura de género e interior. Con esta amplia muestra quedan retratados los gustos y los ideales de la élite burguesa holandesa de la época.

Haciendo memoria histórica, las obras pertenecen al periodo posterior a 1568. En aquel momento, los Países Bajos se rebelaron contra la casa de Hasburgo y así, tras despojarse del dominio español, fue como empezaron a convertirse en una potencia decisiva en el comercio mundial, en plena expansión gracias al expolio y la expansión colonial. Esta nueva situación fue el origen de un sentimiento de identidad y orgullo nacional entre la élite comercial burguesa que, al empezar a reunir inmensas fortunas, decidían plasmar sus ideales en los cuadros con los que decoraban sus mansiones. Esta fue la época que la historiografía bautizó como Edad de Oro.

El origen de la colección se encuentra en la colección privada de un comerciante y financiero de Frankfurt, Johann Friedrich Städel (1728-1816). Cuando falleció, de sus fondos surgió el Städel Museum -pronto celebrará su bicentenario-, que fue nutriéndose de diversas donaciones y compras hasta devenir en una pinacotea que, hoy en día, alberga fondos con los que ofrece una visión general de la pintura europea desde el año 1300. Desde el próximo día 7, y hasta el 23 de enero del año siguiente, parte de lo recopilado por Frankfurt está expuesta en el museo bilbaino.

Novedades en noviembre

No son, sin embargo, las exposiciones de Lazkano y de la Edad de Oro neerlandesa las únicas propuestas otoñales de estos dos museos bilbainos. Ambas instituciones se han guardado una segunda colección que abrirán en noviembre. En el caso de Bellas Artes, se alejará de la creación local para presentar a uno de los artistas más relevantes del siglo XX: Georges Rouault. Aunque la muestra incluye las obras más representativas de su trayectoria, desde la pinacoteca aclaran que no se trata de una una retrospectiva convencional. «Su originalidad reside en presentar un buen número de obras inéditas e inacabadas procedentes del taller de Rouault -al que el artista rara vez permitió el acceso-, y donadas al Estado francés en 1963 por su viuda, Marthe Rouault».

Las creaciones del artista han sido comisariadas por Angela Lampe, conservadora del Centre Georges Pompidou, y reflejan la evolución que va desde las primeras obras realizadas «con una materia pictórica ligera y una atmósfera cromática azulada», hasta otras posteriores, «en las que el color se hace más cálido y la materia más espesa».

En el caso del Guggenheim, en noviembre se acercará a las multitud de formas en las que la imaginería fotográfica se ha incorporado a las prácticas artísticas. «Haunted: fotografía-vídeo-performance contemporáneos» incluye más de un centenar de obras de setenta artistas. Entre los nombres que se incluirán destacan Marina Abramovic, Sophie Calle, Richard Prince, Robert Rauscenberg, Cindy Sherman, Hiroshi Sugimoto y Andy Warhol.

La colección viene con el aval del éxito que obtuvo en el museo Guggenheim de Nueva York, donde estuvo hasta el pasado 6 de setiembre. Aun y todo, en Bilbo se incluirán sesenta obras diferentes. La unión de ellas busca mostrar una teoría: «Gran parte de la fotografía y el vídeo contemporáneos parecen embrujados por el pasado, por la historia del arte, por apariciones fantasmales que cobran vida a través de las técnicas de grabación en performances en directo y en el mundo virtual». Habrá que esperar, sin embargo, hasta el 6 de noviembre para poder visitarla.

Renovación total en Artium

El museo de Gasteiz ha optado por abrir a la vez las seis exposiciones que integran la temporada de otoño. Una de las novedades es que, después de unos años de entrada gratuita, se ha vuelto a establecer un precio de entrada para los visitantes. Desde finales de 2008 funcionaba el modelo «Tú decides», por el que era el espectador quien determinaba la cantidad a abonar, mientras que con esta nueva tarifa general se fija la entrada en seis euros. Los miércoles y el fin de semana posterior a la inauguración, es decir, hoy y mañana, se mantiene la idea «Tú decides».

La primera exposición, «Basado en hecho reales» es la nueva presentación de la colección de la pinacotea. Habla, con ironía o con la referencia directa, sobre la relación entre arte y realidad. Las dos siguientes muestras tienen nombre propio: Jaime Davidovich y Aitor Lajarín. La primera revisa la obra del artista argentino-norteamericano, pionero en trasladar el proyecto artístico a la televisión. Concretamente se podrá ver «el tránsito que va desde su obra plástica, pasando por el vídeo como un soporte más de su proceso creativo, hasta una militancia mediática que acaba insertando su trabajo en el ámbito televisivo». El segundo nombre, más cercano, es el del alavés Aitor Lajarín. «From here to everywhere. Profiling Postcity» parte de Los Angeles como leitmotiv para hablar «sobre la ciudad contemporánea a través de la visión personal del artista».

La oferta se completa con otras tres exposiciones ligadas a tres proyectos que desarrolla el museo de la capital alavesa. Dentro de «BlueSky» se verán las últimas acciones de Francisco Ruiz de Infante dentro del proyecto; en el programa Praxis ha participado Avelino Sala y un acercamiento al sentimiento de «Miedo» es el nombre que tendrá la exposición infantil de este otoño.