«La boca no es para hablar. Es para callar». Así comienza «Todo es silencio», la nueva novela de Manuel Rivas, un retrato fronterizo de la Galicia de la segunda mitad del siglo XX, un rincón del mundo que asistió a la metamorfosis de los viejos contrabandistas en grandes capos del narcotráfico. En esta novela Galicia es un territorio imaginado, Brétema, donde la vida gira alrededor del tráfico ilegal de mercancías, del tabaco de estraperlo a la cocaína. «El tipo de mercancía nos cuenta cómo era cada época», resume Rivas, quien analiza especialmente el periodo comprendido entre 1968 y principios de los años 80, cuando los traficantes comienzan a moverse por los pasillos de los bancos suizos e incluso tienen conexiones con la camorra napolitana. Entonces, «Galicia estuvo a punto de ser Sicilia», comenta el autor de «Los libros arden mal».