«Tenía una sonrisa abierta, y estaba muy comprometida con los que más la necesitaban», dijo de su amiga y colaboradora el médico Peio Goiatxe, apenas dos semanas después de que Begoña García Arandigoyen Alba fuera «ejecutada extrajudicialmente» el 10 de setiembre tras ser detenida después de un ataque del Ejército salvadoreño contra posiciones del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Ayer, en su localidad natal, más de trescientas personas le rindieron un homenaje en el veinte aniversario de su desaparición.

Con puntualidad, el acto arrancó con las intervenciones del alcalde de Gares, Feliciano Vélez, y la lectura del mensaje de los padres y hermana de Begoña, así como la carta del autor de ``Cómo no quererte, Alba'', su biografía novelada, escrita por el preso Iñaki Gonzalo, Kitxu.

Askapena

Otro de quienes dedicó unas palabras fue el hermano de Pakito Arriaran. «Alba, Marta, Ambrosio, Pakito, Pantxito -se dirigió a los ausentes- lo disteis todo sin pedir nada a cambio, vosotros nos habéis ganado y eso no lo pueden comprender ni polícias, ni jueces y por eso seguimos aquí, a pesar de las detenciones y prohibiciones, por encima de sus miserias, para decir con el corazón en la mano, la frente bien alta y con el puño levantado, ¡cómo no quererte, Begoña García Arandigoyen!».

Askapena también envió un mensaje, en el que recordó «que la solidaridad entre los pueblos fue secundada por Alba, Pakito y por Marta. En aquella guerra, estos tres ciudadanos vascos dieron lo mejor que se puede dar: la solidaridad. Este nuevo ataque hacia Askapena tiene como objetivo aplastar la solidaridad, que los distintos y diversos pueblos no reciban nuestra protección».

Todas las intervenciones fueron muy aplaudidas por los asistentes, terminándos el acto con la visita al mural en homenaje a Alba y un aurresku en su honor. Lo que sí se suspendió fue la comida popular prevista, por la ausencia y encarcelamiento de los miembros de Askapena que no pudieron acudir al acto.