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El Museo de Bellas Artes repasa la trayectoria de Jesús Mari Lazkano

El Museo de Bellas Artes de Bilbo inauguró ayer la exposición «Lazkano. De la arquitectura a la naturaleza», una muestra que repasa la trayectoria del artista guipuzcoano Jesús Mari Lazkano a través de 82 pinturas, 54 de ellas obras de mediano y gran formato. Los cuadros realizados expresamente para este proyecto tienen, además, un protagonista muy especial: el propio museo y sus espacios. La exposición permanecerá abierta hasta el 16 de enero de 2011.

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Julene LARRAÑAGA | BILBO

A Jesús Mari Lazkano (Bergara, 1960) le ha llevado dos años preparar esta exposición; ha tenido que rechazar varios proyectos a nivel internacional y ha pasado muchas horas encerrado en su estudio de Busturia. Pero «el esfuerzo ha merecido la pena», señaló ayer en la inauguración de su exposición. Su obra, titulada «Lazkano. De la arquitectura a la naturaleza», se exhibe, por fin, en el Museo de Bellas Artes de Bilbo.

La muestra plantea una revisión de la trayectoria de Lazkano a través de 82 pinturas de mediano y gran formato: 34 creadas entre 1999 y 2006, y otras 20 de nueva creación, (datadas en 2009) que tienen el propio museo y sus espacios como protagonistas. Junto a las pinturas se presentan, también, 28 apuntes y bocetos de pequeño formato, realizados en 2008.

La naturaleza gana terreno

A pesar de ser articulados en ámbitos diferenciados, se puede apreciar claramente el interés del artista por la arquitectura y la ciudad (Roma, Nueva York, Bilbo...), pero también por la naturaleza, elemento que, conforme se visiona un cuadro detrás de otro, adquiere mayor protagonismo. Según el propio Lazkano, esta obra «recoge un último movimiento pendular de su trayectoria». «Si analizamos mi carrera en todo su conjunto -continuó-, se percibe que se produce un fenómeno pendular: por un lado, hay un interés arquitectónico y, por otro lado, está mi amor por los paisajes».

Esta fascinación de Lazkano por lo arquitectónico y lo natural provocó en 2008 su interés por el Museo de Bellas Artes de Bilbo, espacio con el que el artista mantiene una relación estrecha desde su infancia, y con el que afirma «haber crecido artísticamente». Es precisamente el museo el auténtico protagonista de la obra: «He utilizado el propio edificio y lo que para mí supone el Museo de Bellas Artes como espejo a través del cual verificar ese traslado de la arquitectura a la naturaleza», señaló el autor. Y es que, las 20 piezas inéditas que se presentan, parten y nacen del propio edificio. Hay unas primeras pinturas en las que la presencia arquitectónica está más presente, pero progresivamente se da un cambio: hay partes del museo que desaparecen, paredes que no vuelven a aparecer, elementos naturales que se van apoderando del museo, el parque que lo rodea se va apropiando del edificio arrebatándole las obras de arte... «Al final, son visiones paisajísticas en las que se incorporan esculturas en un bosque», dijo.

El que se acerque a la exposición también tendrá la oportunidad de contemplar algunos de los paiajes más hermosos de Urdaibai. Y es que, precisamente, el artista finaliza la exposición con dos obras marinas que recuerdan el mar y el cielo de dicha comarca. Según Lazkano, «son pequeños guiños en los que aparecen referencias artísticas: en uno de ellos aparece un gran mar en el que se recrea el cielo de uno de los cuadros que yo amo de este museo, `La partida de bolos en San Bartolomé', de José Mari Urzelai. En ese sentido, esta exposición es significativa porque hablamos del mismo sitio en el que estamos viendo los cuadros», afirmó el bergarés.

Construcción intelectual

Lazkano entiene la pintura como una construcción intelectual: «La pintura es un canal a través del cual uno puede imaginar; la pintura te empuja a la reflexion; las cuestión es pensar desde y hacia la pintura. En este caso, propongo una meditación sobre la naturaleza de los museos y, en concreto, de un museo, expresada a través de imágenes del propio edificio en el que se exponen los cuadros. Y, para llegar a la reflexión, sólo he encontrado una manera: abrir la puerta de las emociones. Para trasmitir emociones primero hay que contactar con el espectador, y en eso la imagen es como un anzuelo, que invita al espectador a un sutil juego conceptual entre la realidad y su representación».

Pero el proceso no termina en el estudio; Lazkano da mucha importancia a la función del espectador, a quien, según el artista, le corresponde la tarea más difícil. «Pienso que mis cuadros no acaban de ser pintados en el estudio, deben ser necesariamente completadas, analizadas por el espectador. El trabajo del público es inmenso e inprescindible», apuntó el artista. «La pintura trata de narraciones que deben ser completadas necesariamente por el espectador», añadió.

Otro de los elementos al que Lazkano da gran importancia en su labor es el tiempo. En su opinión, el tiempo es un elemento fundamental: «El futuro nos enseña el pasado, ahora es cuando entiendo muchos de los cuadros pintados hace diez años, y no entonces, cuando los pintaba. De hecho, -apostilló- creo que muchas obras guardan claves que tienen que ser descifradaz pasado un tiempo».

Jesús Mari Lazkano estudió en la Facultad de Bellas Artes de Bilbo -de la que es profesor del Departamento de Pintura desde 1985- y comenzó su carrera artística a principios de los años ochenta. Considerado uno de los mayores exponentes de la pintura de Euskal Herria, es también reconocido en el panorama internacional, ya que su obra ha sido expuesta en Estados Unidos, Europa, Indonesia y Shangai, entre otros.

CATÁLOGO

La exposición va acompañada de un catálogo ilustrado, con texto principal del historiador crítico de arte británico Edward Lucie Smith y con comentarios del propio pintor de cada una de las obras que completan la exposición.

GUIÑOS

Lazkano hace un guiño a diferentes referencias artísticas que le sirven para «conectar con el origen del cuadro». De este modo, el artista «enfrenta» a sus artistas favoritos, entre ellos Oteiza, Chillida o Urzelai.

Ficha

Exposición: «Lazkano. De la arquitectura a la naturaleza».

Soporte: Pintura

Lugar: Museo de Bellas Artes. Bilbo.

Fecha: Hasta el 16 de enero

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