Etxerat reiteró ayer en rueda de prensa en Bilbo su satisfacción por iniciativas como el Acuerdo de Gernika y el manifiesto de Adierazi EH que inciden en la necesidad de superar las vulneraciones de derechos que padecen sus familiares represaliados. A pesar de ello, considera- ron que «hace falta algo más que los consensos. Hay que desarrollar y llevar a la práctica los contenidos de esos acuerdos», subrayaron.

De ahí la ronda de contactos con agentes políticos, sociales y sindicales para avanzar en el establecimiento de compromisos «reales, concretos y realizables», así como el emplazamiento a éstos y a la sociedad vasca en general para que participen en las movilizaciones que organizan los últimos viernes de cada mes en pueblos y ciudades. «Pueblo a pueblo y cada uno con sus recursos, el impulso de todos y todas será imprescindible para que los derechos de nuestros familiares, amigos y amigas represaliadas sean respetados», manifestaron.

«Se ha abierto una nueva etapa para la esperanza en Euskal Herria. Una etapa -destacaron Mattin Troitiño y Jone Artola, en euskara y castellano, respectivamente- en la que los derechos de nuestros familiares, amigos y amigas deben de ser respetados. Tenemos claro que nunca van a caminar solos ni solas, vamos a defender sus derechos de manera constante. Lo vamos a hacer yendo un paso adelante con la adopción de compromisos».

Horas antes de la comparecencia en Bilbo, otro grupo de familiares y amigos de represaliados lo hicieron en Iruñea, donde resaltaron que éstos son «un agente de primer orden para la resolución del conflicto». Quien ejerció de portavoz de los reunidos en la Plaza del Castillo, Hilargi Juanarena, dio por hecho que el escenario abierto se despejará, declarando que «garantizar la participación activa de los presos en el proceso de democrático es la mejor manera de reforzarlo, y para ello deben respetarse sus derechos mínimos. Así ocurrió en Sudáfrica, en Irlanda, y así ha sido en todos los procesos de resolución. Y así debe ser también aquí».

«Herramienta de destrucción»

Su insistencia en lograr compromisos de los agentes la hicieron pocos días después de que se conociese el intento de suicidio del preso Txus Martín en la prisión francesa de Aix Luynes. Ayer recordaron que el basauritarra lleva cinco de los nueve meses que lleva encarcelado solo y aislado, incidiendo en que la soledad «es una herramienta para destruirle como persona».

«La política de dispersión -remarcaron-, además de castigar a los familiares, amigos y amigas, también cuenta con otro doble castigo al dispersar a los propios presos y presas dentro de las prisiones». Los portavoces de Etxerat señalaron que el aislamiento «busca destruir a la persona, y en caso de prolongarse y ser llevado hasta el extremo puede provocar consecuencias irremediables. Es una apuesta inhumana -apostillaron-, en la que el Estado francés ha profundizado de forma evidente en los últimos meses».

No se olvidaron de «las prolongadas y duras huelgas de hambre» de los presos por sus derechos básicos, además de las condiciones en que malviven aquellos que sufren enfermedades graves e incurables.

En el rosario de conculcaciones citaron la aplicación de la cadena perpetua a 52 represaliados, «a los que les han alargado la condena a través de una doctrina expresamente inventada para ellos». Tampoco faltó la referencia a las dieciséis personas muertas camino de prisión, con mención añadida a los diez de accidentes contabilizados en los que llevamos de año.