Gloria LATASA gloriameteo@hotmail.com
Vientos violentos
El paso de fenómenos meteorológicos como borrascas, tornados o tormentas suele estar asociado a la aparición de vientos que pueden ser fuertes e, incluso, violentos y provocar importantes daños en edificaciones, red eléctrica, áreas forestales...
La velocidad del viento se mide mediante anemómetros situados a diez metros del suelo. Para calcular su velocidad media se tienen en cuenta lo que ocurre en fracciones de diez minutos y para las ráfagas en 0,5 segundos. Para que un viento en tierra firme sea considerado violento tiene que tener una velocidad media de 80 km/h y ráfagas de 100 km/h.
Habitualmente hablamos de la velocidad del viento en kilómetros por hora, aunque la unidad oficial de medida es el metro por segundo. Por otra parte, pilotos y marinos prefieren referirse a ella en nudos o kt (un nudo = 1,852 km/h). Kt es la abreviatura de knot, nudo en inglés, y es también la forma en que se representa la velocidad del viento en los mapas meteorológicos (1 m/s = 2 kt).
Las zonas que se consideran más expuestas son las costas y las montañas. En estos lugares una alerta amarilla significa ráfagas de 100 km/h, naranja de 120 km/h y roja de 140 km/h. En las zonas no expuestas las alertas se emiten cuando las rachas son de 80, 100 y 120 km/h respectivamente.
En montaña cuando el viento sopla a más de 60 u 80 km/h es peligroso continuar la ascensión. En general, si nos sorprenden vientos violentos es conveniente limitar los desplazamientos, alejarse de cornisas, muros, árboles y edificios en mal estado, no tocar cables eléctricos caídos, tener a mano los números de emergencias y no saturarlos..., y mantenerse bien informados.