El desastre provocado por el vertido de lodo rojo tóxico que desde el lunes afecta al oeste de Hungría continúa agravándose y ayer ya alcanzó el río Danubio, cuyo ecosistema ya registró los primeros daños con la aparición de multitud de peces muertos. Las sustancias derramadas son tan altamente corrosivas que han matado ya a 4 personas y han dejado más de 150 heridos, al mismo tiempo que han destruido por completo el ecosistema del río Marcal.
Cuatro asociaciones han interpuesto una denuncia en el Estado francés contra el «fichero étnico, ilegal y no declarado» establecido por la Gendarmería sobre los gitanos y las «gentes de viaje». El ministerio de Interior «no tiene constancia», pero promete una investigación.