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Cuando el cine baja como las acciones de la Bolsa de Nueva York

«Walt Street: El dinero nunca duerme»

Oliver Stone es el cineasta más contradictorio de todos los tiempos, que se pretende revolucionario cuando rueda documentales, pero que se vuelve conservador cada vez que hace una ficción para Hollywood. Ni siquiera ha escrito el guión de la secuela de «Wall Street», porque los estudios mandan en una producción que cuesta setenta millones de dólares. Hay que decir que la continuación es oportuna comercialmente, aprovechando la coyuntura de la crisis.

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M.I. | DONOSTIA

Oliver Stone va perdiendo, película a película, a sus incondicionales. Todavía le queda alguno, aunque su apoyo no va a ser suficiente para contrarrestar las malas críticas. No obstante, tampoco conviene engañarse, porque los objetivos que se ha marcado el cineasta con la secuela, veintitrés años después, de «Wall Street», no son artísticos, sino puramente comerciales. Se daba la coyuntura económica favorable para volver sobre el tema, habida cuenta del reciente hundimiento financiero, así que el segundo acto estaba servido para la taquilla.

La continuación es una película menos personal que el original de 1987, toda vez que Oliver Stone ni siquiera se ha encargado de la escritura del guión. A Allan Loeb y Stephen Schiff les ha interesado más el melodrama familiar del protagonista Gordon Gekk0 que la elaboración de una crítica bien fundamentada al sistema neoliberal, que es el que ha permitido las pérdidas de tantos inversores.

Puede que las cuentas de Oliver Stone y Michael Douglas engorden considerablemente gracias a «El dinero nunca duerme», pero va a ser a cambio de hipotecar lo que les pueda quedar de futuro a sus respectivas carreras. Más aún en lo concerniente al cineasta, dado que el hacer una segunda parte del mayor éxito en su filmografía tanto tiempo después indica una total falta de recursos creativos y de ideas nuevas.

Además, habría que recordar que el personaje de Gordon Gekko logró el efecto contrario al de la supuesta caricatura capitalista, ya que se convirtió en el banderín de enganche para muchos jóvenes ambiciosos dispuestos a probar suerte con las finanzas. El mensaje era que la avaricia es buena y, a pesar de todo lo ocurrido, se repite.

Estreno

Dirección: Oliver Stone.

Intérpretes: Michael Douglas, Shia LaBeouf, Carey Mulligan, Josh Brolin, Susan Sarandon, Eli Wallach, Frank Langella.

País: EE.UU., 2010.

Duración: 130 minutos.

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