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Eoin Ó Broin Militante del Sinn Fein y autor del libro "Matxinada. Historia del movimiento juvenil radical vasco"

Tomar riesgos

He estado viajando a Euskal Herria los últimos 13 años. Para mí es una casa lejos de mi casa. Como muchos de vosotros he caminado en la Mendi Martxa, he coreado eslóganes en el Gazte Topagune, he cantado el «Eusko Gudariak» en funerales de voluntarios de ETA, he corrido escapando de las pelotas de goma de la Ertzaintza en la calle Autonomía y he visto a muchos amigos detenidos, torturados y encarcelados.

Cada año, cuando retorno, me encuentro con viejos y nuevos amigos. Hablamos de los últimos acontecimientos en Irlanda y Euskal Herria, de los progresos y reveses, de los enemigos, las nuevas alianzas y la represión en curso.

Compartí vuestras esperanzas creadas en 1998 tras la Declaración de Lizarra-Garazi y la Propuesta de Anoeta de 2006. Saludé las treguas que ETA declaró con el ánimo de clarificar el espacio para el dialogo y la resolución del conflicto. Suspiré con decepción cuando primero José María Aznar y luego José Luis Rodríguez Zapatero se negaron a romper con las fallidas políticas del pasado.

Pero como muchos de vosotros, sigo estando esperanzado en que el derecho del pueblo vasco para decidir su propio futuro será un día respetado.

En todas mis visitas siempre me preguntan por la misma cuestión: «¿Qué piensas sobre la actual situación de Euskal Herria?».

Soy siempre cuidadoso en mi respuesta, y recuerdo a la gente que vivo en otro lugar, tengo menos información y no estoy cualificado para ofrecer una opinión informada.

Pero siempre tengo una opinión. Y esta vez no es diferente.

Después del anuncio de ETA de su último alto el fuego el 5 de setiembre, soy más optimista que nunca antes durante los últimos años. Leyendo el Acuerdo de Gernika del 26 de setiembre, estoy alentado por la unidad y la fuerza de la izquierda abertzale.

Declarar una tregua desde una posición de debilidad relativa requiere coraje. Reagrupar aquellos con los recientemente se partió la compañía requiere previsión y altura de miras.

En política son aquellos que toman riesgos y juegan a largo quienes al final ganan.

Por supuesto que el Gobierno español ha dicho «no». Pero con el apoyo internacional, como el de la Declaración de Bruselas, no serán capaces de decir «no» indefinidamente.

Por supuesto que las detenciones y la represión continuarán. El Estado hará cualquier cosa para poner a prueba vuestra determinación y romper vuestro espíritu.

Pero los recientes acontecimientos han creado una oportunidad de enorme valor en la lucha por el derecho del pueblo vasco a la autodeterminación.

Entonces, ¿qué ocurrirá ahora? La verdad es que no lo sabemos.

El progreso, los pasos adelante, ¿llegarán rápida o fácilmente? No, nunca lo hacen.

¿Cambiarán repentinamente las actitudes de negación de vuestros enemigos? Por supuesto que no.

Pero el cambio es posible. Nuestra experiencia en Irlanda así lo demuestra.

Cuando el IRA declaró su primer alto el fuego en 1995, muchos republicanos irlandeses tenían sentimientos mezclados, entendiendo las oportunidades, pero temerosos ante los riesgos.

Esto ocurrió dos años antes de que las negociaciones empezaran. Un año después, se llegó al Acuerdo con el Gobierno británico y los unionistas. Dos años después los prisioneros fueron liberados. Y otros siete años después la Asamblea de Belfast y el Consejo de Ministros para toda Irlanda finalmente se establecieron con pie seguro. La desmilitarización y la reforma de la Policía vinieron lentamente. Los derechos culturales están aún bajo disputa. Y los desfiles orangistas siguen causando temor y tensión cada verano.

Pero, tomados en su conjunto, estos cambios han sido profundos y de largo alcance, y no habrían sido posibles sin tomar los riesgos que se tomaron hace 15 años.

¿Cuánto tiempo se necesitará para derogar la Ley de Partidos? ¿Cuanto tiempo hasta que los presos vascos sean liberados? ¿Cuándo comenzará la negociación real? ¿Cuándo se alcanzará el acuerdo? Y entonces, cuando empieza el verdadero trabajo, ¿cuánto tiempo se necesitará para implementar el acuerdo?

La respuesta a estas preguntas dependerá, en parte, de vosotros, los militantes de la izquierda abertzale.

Durante mi más reciente visita a Euskal Herria he oído a muchos militantes debatir sobre los méritos del alto el fuego.

La cuestión más importante, y la cuestión más útil, sería preguntarse: ¿Cómo sacáis ventaja de la oportunidad creada por el alto el fuego? ¿Qué trabajo podéis hacer para asegurar que el potencial que contiene este nuevo momento político es alcanzado?

Necesitaréis mucha paciencia. Necesitaréis pensar estratégicamente. Necesitaréis mantener vuestra unidad y aumentar vuestra fuerza. Y Necesitaréis resistir a las provocaciones de vuestros enemigos.

Siempre hay razones para no tomar riesgos, pero siempre quienes arriesgan son los que ganan al final.

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