Crece la alerta en Hungría ante el riesgo de un nuevo vertido tóxico
Todas las alarmas volvieron a encenderse ayer en Hungría tras detectarse nuevas fisuras en la misma balsa que el lunes provocó una riada de lodo tóxico y corrosivo al oeste del país. Las autoridades se vieron obligadas a evacuar Kolontár, la aldea más afectada el lunes.Antonio SÁNCHEZ (EFE) |
El ambiente de relativa calma y la esperanza de normalidad que vivía la región húngara afectada por el vertido tóxico del pasado lunes se han visto rotos por la alarma generada tras anunciarse que la balsa de la que ya se fugaron un millón de metros cúbicos de lodos corrosivos amenaza con ceder.
«La situación es muy grave. No queremos crear grandes esperanzas», fue el mensaje que lanzó el primer ministro del país, Viktor Orbán, mientras explicaba a la prensa los motivos para la repentina orden de evacuación, ayer a la mañana, de los habitantes de Kolontár, la aldea que más afectada se vio por la avalancha del lunes.
La detección el viernes por la noche de nuevas grietas en la pared de la balsa de la empresa metalúrgica MAL acabó con el optimismo generado tras confirmarse que los lodos cargados de arsénico y metales pesados no contaminarían el río Danubio.
Fuentes del dispositivo de emergencia explicaron a Efe que la razón para la nueva alerta son dos grietas de siete centímetros que se han ido agrandando desde la noche del viernes.
«Es un cambio dramático», comentó a Efe Gábor Figeczy, director en funciones de la ONG ecologista WWF-Adena. «Esto muestra que toda la estructura de la pared estaba en mal estado y que no se ha comprobado completamente», añadió.
El mismo viernes, Tibor Dobson, el responsable del amplio dispositivo de emergencia, aseguró a Efe que no existían planes de evacuación.
Desde WWF-Adena se ha denunciado que unas fotos aéreas de la balsa tomadas en junio dejan ya ver filtraciones del barro rojo generado en la fabricación de aluminio y cuyo poder corrosivo es enorme.
Críticas a las inspecciones
«Esta nueva prueba del grado de degradación de las paredes y la importante filtración, más de tres meses antes del incidente, deberían ser motivo de una investigación urgente, no sólo de este desastre, sino de la situación de otras balsas de residuos tóxicos en Hungría», denunció Figeczky.
Según el responsable de WWF-Adena, en setiembre se realizó una inspección de la balsa en la que no se hicieron pruebas sobre la estabilidad de la construcción.
También el responsable local de Greenpeace, Zsolt Szegfalvi, comunicó a Efe que han recibido numerosas cartas y llamadas denunciando que durante los últimos años se produjeron filtraciones.
«La compañía MAL [propietaria de la balsa] pagará. No hay duda», declaró el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien destacó que se ha abierto una investigación.