Los trabajos, que han durado quince años, han supuesto la excavación de 13,5 millones de metros cúbicos de roca. En el curso de estos años, ocho trabajadores de esta titánica obra han muerto en accidentes laborales.

La «obra del siglo», como han sido bautizados los trabajos para construir el túnel de Ghotard, permitirá a partir de 2017 ir de Zurich a Milán en dos horas y 40 minutos, una menos que actualmente. Los trenes circularán a 250 kilómetros por hora, mientras los de mercancías no superarán los 160.

El túnel de Ghotard ha costado la friolera de 10.000 millones de francos (7.500 millones de euros) a las arcas suizas y destronará del libro de los récords al túnel japonés de Seikan (53,8 kilómetros), que une las islas de Honshu y de Hokkaido.

Situada en el corazón del continente europeo pero sin formar parte de la UE, Suiza adoptó en 1994 por referéndum la «iniciativa de los Alpes», que obliga al Gobierno a transferir el tráfico transalpino de la carretera al raíl. Desde entonces, el Estado francés, Austria e Italia han hecho esfuerzos por desarrollar el transporte ferroviario en la región con la modernización del túnel de Fréjus (francotaliano) y la prevista construcción del túnel de Brenner, en la frontera entre Austria e Italia.

Una vez que la infraestructura ferroviaria esté en marcha, en 2017, más de 300 trenes podrán cruzar el nuevo túnel, bastantes más que la capacidad del túnel actual, construido hace 128 años y que tiene quince kilómetros de largo.

La tranquila localidad alpina de Sedrun, sobre la que circularán los trenes, se apresta a recibir hoy a periodistas y fotógrafos del mundo entero, así como a los mineros que han participado en los trabajos durante los últimos 15 años.