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SOS de Grecia, que ya es la puerta de la migración a la Unión Europea

Miles de inmigrantes quedan abandonados a su propia suerte en ciudades griegas como Atenas o Salónica después de franquear la frontera con Turquía, por lo cual el Gobierno de Atenas ha decidido solicitar la ayuda de la Unión Europea para tratar de buscar una solución a esta grave situación, que Naciones Unidas no duda en calificar ya de «crisis humanitaria». La cifra de inmigrantes interceptados este año casi cuadruplica la registrada en 2009.
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Catherine BOITARD (AFP) |

Grecia «ya no puede afrontar» esta crisis migratoria, declaró el ministro de Inmigración, Christos Papoutsis, al visitar la región del río fronterizo con Turquía, en el noreste del país, donde se registra una mayor afluencia de inmigrantes. «Llamamos a la Unión Europea (UE) a asumir sus responsabilidades con respecto a nuestro país», agregó el ministro griego.

Desde que arrancó el presente año, la Policía griega ha interceptado a 34.000 personas en esa zona, frente a las 9.000 del año pasado.

Al menos 44 personas han fallecido ahogadas en aguas del río Evros desde el pasado mes de enero, cuando intentaban ingresar en Grecia, según cifras publicadas por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), quien calificó la situación de «crisis humanitaria».

Según datos referentes al primer semestre de 2010, más del 75% de las 40.977 personas interceptadas adentrándose en la Unión Europea lo hicieron por Grecia, de acuerdo a la agencia europea de vigilancia de las fronteras, Frontex.

Alternativa de paso

La reciente presencia de magrebíes y africanos del oeste junto a afganos, paquistaníes y somalíes muestra que esta ruta atrae también a quienes encuentran cerradas a cal y canto las fronteras italiana y española.

Bruselas asignó a Grecia más de 300 millones de euros hasta 2013 y le otorgó siete millones de euros de ayuda de urgencia entre 2008 y 2009. A principios de este mes, la Comisión Europea prometió a Grecia una ayuda suplementaria de 200 millones de euros.

Sin embargo, las autoridades griegas fueron incapaces de emplear estas sumas para dotar de sanitarios, camas y asistencia médica en los centros de retención, por lo cual la UE exige que el gobierno socialdemócrata encabezado por Georges Papandreu ponga en práctica una verdadera política de atención hacia los inmigrantes.

A petición de Grecia, la Comisión Europea de Durao Barroso negocia con Turquía un acuerdo de readmisión de inmigrantes, pero las discusiones chocan con los diferendos territoriales greco-turcos en el mar Egeo.

Recientemente, el ministro griego de Salud, Andreas Loverdos, dijo que el Ejecutivo desembolsaba «150 millones de euros al año» para atender a los inmigrantes.

«En agosto, en Evros había un médico para seis centros de retención superpoblados», objetó el sociólogo Thanos Maroukis, especialista en migraciones.

Entrampados por el cierre de las fronteras, los inmigrantes se suman en Atenas o Salónica al sufrimiento de otros miles sobre los que pesa una orden para abandonar el país en un plazo de 30 días o, en el mejor de los casos, un certificado de demanda de asilo. Actualmente, hay 46.000 peticiones de asilo en espera de ser revisadas.

Amnistía Internacional llama también a prestar atención al alza de las agresiones racistas.

El Elíseo sale indemne pese a las expulsiones de gitanos

La Comisión Europea dio ayer carpetazo a la polémica que le enfrentó al Estado francés por sus expulsiones de gitanos, afirmando que las garantías ofrecidas por el gobierno de Sarkozy de que cumplirá con el derecho comunitario bastan para no abrirle un expediente.

Viviane Reding, la comisaria que cargo contra París por las deportaciones, amenazando con iniciar procesos de infracción, juzgó que El Elíseo respondió de forma «positiva, constructiva y en el plazo previsto» a las exigencias de Bruselas.

El Estado francés accedió el viernes pasado a modificar su legislación y aplicar adecuadamente la normativa europea que garantiza la libertad de circulación de todos los ciudadanos UE, de la que forman parte Rumanía y Bulgaria, países de donde eran originarios los gitanos expulsados.

París hizo «lo que le pidió la Comisión» y, por lo tanto, abandona la idea de lanzar un expediente en su contra, se felicitó Reding.

Forzando a París a modificar sus leyes, la CE se anotó un tanto, pero perdió la partida con el Gobierno francés, al que Reding acusó y amenazó abiertamente con llevarlo ante la justicia europea.

Nicolas Sarkozy, estimó que la decisión de Bruselas «cierra un periodo de polémica que todo el mundo podría haberse ahorrado».

El clima llegó a tensarse hasta tal punto que el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, estaba ansioso por archivar el caso y evitar que «contaminara» la cumbre de la UE prevista la próxima semana en Bruselas, según afirmaron fuentes diplomáticas. Anna PELEGRÍ (AFP)

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