Los exabruptos de Basagoiti harán gracia a algunos, pero muestran un nivel preocupante
Antonio Basagoiti es el líder del PP en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y, más allá de la opinión que se tenga sobre el modo en el que la transición y sus defensores han homologado al franquismo, lo cierto es que miles de vascos votan a ese partido. Del mismo modo, aunque sea como consecuencia de la Ley de Partidos, el PP tiene una alta cuota de poder en Gasteiz debido a su condición de socio preferente del PSOE. Que ese poder sea consecuencia de una argucia legal que rompe el principio democrático de «un ciudadano, un voto» no le resta responsabilidad.
Por todo ello, independientemente de otro tipo de valoraciones, resulta impresentable la costumbre que ha adoptado el líder derechista de esquivar su responsabilidad con exabruptos. Basagoiti ha insultado recientemente a Arnaldo Otegi, a Brian Currin y al embajador venezolano en Madrid, Julián Isaías Rodríguez. Sus asesores pueden ufanarse de lograr minutos de radio y televisión gracias a esa práctica, pero ésta responde más al género del Club de la Comedia que al rigor que cabe exigir a un responsable político. Tal grado de impertinencia muestra una grave pobreza intelectual.