Maite SOROA | msoroa@gara.net
Otra fachongada que alboroza a «El Mundo»
Se acercan las próximas elecciones y a los gerifaltes del PSOE y del PP les han entrado las prisas. Para mí que es cosa de las encuestas que manejan y que hablan de la aceptación que pudiera tener la oferta de la izquierda abertzale. Por eso han corrido a modificar -otra vez- las leyes con el único objetivo de evitar lo inevitable.
Pedro J. Ramírez editorializaba ayer alborozado por este nuevo paso hacia la definitiva fascistización del régimen.Según Ramírez, «hoy tenemos que celebrar el pacto al que han llegado los dos partidos mayoritarios (...) el más trascendente, sin duda, es el que cierra el paso a cualquier vía por la que los proetarras quieran colarse en las instituciones». Se olvida el converso a la «democracia» que para «colarse» en las instituciones sólo se precisa apoyo popular. O sea, votos.
El escribiente de turno en «El Mundo» insiste en que «el cambio más trascendental tiene que ver con la Ley de Partidos que supuso la ilegalización de Batasuna y es un paso decisivo para impedir que ETA, o cualquiera de sus marcas, se cuele, primero en las elecciones y después en las instituciones». Toda una declaración de «democracia a la española».
Según el tío, «es un mensaje claro a partidos como EA o Aralar, que han contemplado la posibilidad de servir de `vientre de alquiler' para los radicales. Y para impedir lo que sucedió con el PCTV o ANV, cuyos electos permanecieron en sus escaños a pesar de la ilegalización, se establece la llamada `incompatibilidad sobrevenida'». No lo dice, pero esa figura que se acaban de inventar es un camelo que no soporta el análisis de un jurista de medio pelo.
Lo que le deja tranquilo al fascistoide es que «el mensaje de firmeza y unidad que PSOE y PP lanzan con esta reforma es tanto o más importante cuanto que se produce en un momento en el que arrecian las presiones y las maniobras de los radicales -tan poco sutiles como las palabras de Otegi desde la cárcel- para intentar concurrir a las elecciones municipales sin romper con ETA».
Alguien debería recomendar al fachongo que disimule un poco más y recordarle que un régimen en el que no todos los ciudadanos y ciudadanas son iguales ante las urnas, no es una democracia.