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La tafallesa juzgada por matar a su esposo dice que quiso impedir más palizas

La mujer -M.P.M.R., de 63 años- acusada de matar el 2 de noviembre de 2009 a su marido, de 77 años, en su domicilio de Tafalla afirmó en su declaración al inicio del juicio ayer en Iruñea que no quiso hacerle daño, «sólo que supiera que no iba a soportar más palizas».

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La declaración de la imputada centró la primera jornada del juicio con jurado popular, formado por ocho hombres y una mujer, en la que relató que el 2 de noviembre de 2009 llegó a su domicilio y que su marido «estaba muy enfadado» porque ella no había guardado una comida en el congelador. Además, indicó que ella mantuvo una discusión con su hija, tras lo que ésta se marchó de casa. Por ello, según la acusada, su esposo comenzó a insultarle y ella le contestó.

Posteriormente, explicó, el hombre se dirigió con las manos abiertas hacia su cuello, le dijo que «no le extrañaba que haya hombres de 70 años que maten a sus mujeres» y le propinó «una bofetada con el puño cerrado» en la cabeza.

La acusada indicó que posteriormente su marido la «tiró contra la mesa». Según relató, él la cogió del brazo en el que ella tenía el cuchillo y le dio «un rodillazo». «El se sujetaba en mi brazo, al ver que la pierna le fallaba, y cuando levanté la cabeza me quedé espantada y me encontré con el cuchillo clavado. El se me cayó encima del cuchillo», aseguró.

A preguntas del fiscal, y en un relato entrecortado por el llanto, la mujer afirmó que «si suelto el cuchillo me mata, porque estaba fuera de sí». «Yo le quería más que a mi vida», añadió. Manifestó además que ella «nunca le había plantado cara de esa manera». «Mi marido estaba a pecho descubierto, si hubiera querido matar a mi marido le podía haber dado, pero no quería hacerle daño, sólo que supiera que no iba a soportar más palizas», declaró.

La imputada insistió en que tras percatarse de la herida, hizo todo lo posible por salvar a su esposo. Le puso dos trapos para taponar la herida y llamó a los servicios de urgencias.

Preguntada por la fiscal si se había planteado alguna vez la separación o denunciar los malos tratos, indicó que «nunca» se le ocurrió separarse y que si ella hubiera puesto una denuncia «no habría vivido, porque era muy rencoroso». «Yo soy una mujer que me había acostumbrado como el burro a los palos, toda la vida le he quitado la culpa a mi marido, y siempre he intentado ocultarlo a mis hijos», señaló.

Puntualizó que «de joven me ha dado unas palizas impresionantes», pero que en los últimos años los malos tratos eran sicológicos. «A cualquiera le parece imposible aguantar todo lo que aguanté. El no tenía nunca un buen modo», relató.

La fiscal mantiene que la acusada, tras una discusión con su marido, «cogió un cuchillo y de manera desproporcionada y sin motivo justificado, se lo clavó y mató a su marido», hechos que, a su juicio, constituyen «un delito de homicidio». Sin embargo, solicitó la «atenuante de arrepentimiento espontáneo, ya que llamó al 112».

Peticiones

La Fiscalía, en su escrito provisional, pide 11 años de cárcel por homicidio aunque con atenuante de arrepentimiento, y la defensa propone su absolución por entender que actuó en legítima defensa.

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