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Xi Jinping, un conservador estimado por las firmas inversoras extranjeras

Poco se sabe del que a buen seguro presidirá a partir de 2013 la segunda potencia del planeta. Pero, por su ubicación en el clan de Shangai, se conoce su querencia por la apertura económica -no condicionada por ajustes sociales- combinada con un claro conservadurismo político.

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A sus 57 años de edad, Xi Jinping ha sido nombrado vicepresidente de la Comisión Militar Central, lo que augura que sucederá al actual presidente chino, Hu Jintao, en 2014.

Hijo de un héroe revolucionario, forma parte de los conocidos como «príncipes rojos» y es considerado como favorable a la apertura económica en la que está enfrascada China en los últimos decenios, más aún siendo miembro del clan de Shangai.

Este grupo, personificado en el ex presidente y líder de la Tercera Generación, Jiang Zeming, combina la defensa de los negocios con un marcado conservadurismo político.

Xi «es muy favorable a la economía de mercado y es muy probable que defenderá los intereses del sector privado y de la clase media china», anticipa Cheng Li, de la Brookings Institution de Washington. En esta línea, sus anteriores tareas de dirección en Shangai, Gujian y Zhejiang -puntas de lanza del crecimiento chino basado en las exportaciones y en la apertura de la economía- le han suministrado importantes contactos con los inversores extranjeros, como recuerda Willy Lam, analista de la Universidad China de Hong Kong. «Su llegada a la cúspide del poder podría suponer un freno a las recientes iniciativas consideradas como restrictivas para las empresas extranjeras en China», añade.

Paralelamente, los sinólogos confirman que se trata de un conservador, siguiendo la estela de Jiang. Prueba de ello sería que dirige actualmente la Escuela del Partido, una institución entre las más conservadoras del país.

Como se ve, conservadurismo político y aperturismo económico van muchas veces de la mano en China, frente a las lecturas maniqueas e interesadas que se hacen desde Occidente.

Contrapesos

No obstante, todo apunta a que, más allá de los matices o de los tonos, no habrá grandes cambios. El propio ascenso de Xi responde a un compromiso entre las distintas tendencias del partido, hoy personificadas en Jiang Zeming y en Hu Jintao.

El todavía presidente ha logrado asimismo colocar a uno de los suyos, Li Keqiang, como futuro número dos y primer ministro. No hay que olvidar, además, que las grandes decisiones políticas son tomadas en China de forma colectiva entre los nueve miembros del comité permanente del Buró político del Partido Comunista. Hay quien destaca, además, que Xi llegará al poder con un más escaso margen de maniobra por la debilidad de su posición.

EEUU

En vísperas de su llegada a Beijing, el secretario de Justicia de EEUU, Eric Holder, pidió desde Hong Kong la puesta en libertad del premio Nobel de la Paz 2010 y disidente chino encarcelado, Li Xiaobo.

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