Los rojillos, necesitados de otra victoria
Más presión con aires de revancha
Tras el gran varapalo sufrido en El Sardinero y las consiguientes críticas, la plantilla quiere reivindicarse con un triunfo ante su público. Camacho volverá a confiar en los mismos hombres que firmaron tan mal encuentro, pero que también ganaron al Málaga.
Natxo MATXIN
La aciaga trayectoria foránea vuelve a convertir otro encuentro en El Sadar en una especie de examen final anticipado y una indeseada prueba para la actual frágil relación entre grada y cuerpo técnico. Hasta ahora, esta presión ha acabado normalmente en un posterior subidón de adrenalina, pero tanto riesgo puede acabar por volverse en contra cuando menos se espera.
Al igual que el Málaga, el Hércules es un visitante peligroso y no siempre se va a dar la favorable circunstancia de ir por delante en el marcador a los dos minutos de juego, como ocurrió frente a los andaluces. Pero por si acaso se repite la coyuntura, el técnico rojillo, José Antonio Camacho, reincidirá en el once que tan buen resultado dio ante los malacitanos y tan malo en El Sardinero.
La goleada encajada en Santander parece haber espoleado a la plantilla, que se ha conjurado a lo largo de la semana -hablando incluso de «revancha»- en pos de su tercera victoria liguera de la temporada. Quizás por ese espíritu guerrero, el de Cieza convocó a todos sus hombres disponibles -19- para mantener al bloque unido y en tensión ante tan importante compromiso.
Dos cambios herculinos
A diferencia de Osasuna, el Hércules realizará dos cambios con respecto a su último y exigente compromiso liguero, finalizado con derrota frente al Real Madrid. En el carril izquierdo, en detrimento de Thomert, saldrña al césped Drenthe, quien no pudo jugar contra el equipo propietario de sus derechos porque en su contrato de cesión había una cláusula de dos millones para poder hacerlo.
También entrará en el once Rufete. El ex del Valencia ocupará la banda derecha, ya que Tiago Gomes basculará hasta la media punta ante la ausencia de Valdez, acompañando en ataque al restablecido Trezeguet, una vez superada su gastroenteritis.
A la fuerza ahorcan. Y a Camacho no le ha quedado otro remedio que enfocar parte de su entrenamiento de manera diferente, a la vista de algunos negativos resultados, sobre todo el más reciente. Así, el entrenador murciano reconoció que las jugadas de estrategia se habían trabajado esta semana «de manera diferente».
Una nueva forma de abortar estos lances cuando los genera el rival y de aprovecharlos en beneficio propio, aunque dejando claro que «no es normal que te metan tres goles de estrategia en un partido». La realidad es que hasta la visita a Santander, los rojillos defendían este tipo de jugadas de manera notable, si bien no han sabido sacar partido de ellas.
La concentración será, además, uno de los factores fundamentales para que los locales levanten el vuelo nuevamente en su propio feudo. «Espero que salgan concienciados de que los puntos son importantes y de que tienen que jugar a tope cada partido porque aquí no valen medias tintas», indicó el preparador murciano.
Así, insistió en que la escuadra navarra «debe jugar al cien por cien en cada partido» para tener opciones de victoria. «Cada balón es definitivo y un fallo de un jugador es el de todo el equipo, en cada balón tienen que estar concentrados al máximo», reiteró.
Respecto al rival, Camacho señaló que el Hércules «tiene posibilidades económicas al fichar jugadores contrastados» y que tiene «un buen equipo, ya que ha ganado en el Camp Nou y hay que darle ese mérito», subrayó. N.M.
Si Osasuna tiene su calvario cada vez que viaja lejos de Iruñea, lo compensa con su seguridad en El Sadar. Los rojillos no pierden en casa desde marzo pasado, aunque en una liga de tres puntos, si no se consigue sumar fuera y en casa no se pasa del empate en algunas ocasiones, al final se acaba cayendo a los puestos más peligrosos de la clasificación.
El último encuentro que jugaron Osasuna y Hércules en El Sadar finalizó con un raquítico empate a cero. Fue en la jornada decimotercera de la temporada 1998-99, cuando ambas escuadras militaban en Segunda. De las cinco ocasiones en las que los alicantinos han rendido visita en Primera, sólo en una consiguieron llevarse los tres puntos.
