MOVILIZACIÓNES CONTRA LA REFORMA DE LA JUBILACIÓN
La manifestación de Baiona acusó también la bajada en la participación
La tendencia a la menor participación se dejó notar también en la manifestación contra la reforma de la jubilación celebrada ayer en la capital labortana, aunque varios miles de trabajadores secundaron la convocatoria de los sindicatos. Aun así, sus portavoces subrayaron la «excepcional dinámica movilizadora», sobre todo, de los últimos dos meses y apelaron a «seguir luchando» contra esta ley que consideran «injusta e ilegítima, aunque ya haya sido votada».
Arantxa MANTEROLA | BAIONA
La llegada a la plaza del Ayuntamiento de Baiona, punto donde finalizó la manifestación contra la reforma del sistema de jubilación, fue bastante menos estridente que en las últimas convocatorias, aunque los simpati- zantes de la CFDT, que abrían la marcha, lo hicieron a golpe de silbato.
Las inclemencias meteorológicas contagiaron también a los asistentes de la movilización que partió a las 10.45 de la plaza Saint Ursule y que no logró deshacerse de ese mal tiempo durante el resto del recorrido por las calles de la capital labortana.
Como en las anteriores manifestaciones, una fanfarre iniciaba la marcha acompañando la pancarta unitaria de los ocho sindicatos convocantes (CFDT, CGC, CFTC, CGT, FO, FSU, Solidaires y UNSA) que, esta vez, fue portada únicamente por mujeres de dichas organizaciones sindicales.
Desde el primer momento se dejó notar el descenso en la participación, tendencia que ya se había percibido en la anterior protesta del 28 de octubre. La de ayer reunió a unos 4.000 manifestantes, aunque los sindicatos la elevaron a 6.000.
«Algo excepcional»
Sin embargo, durante el trayecto los mensajes lanzados por los organizadores hicieron hincapié en la importancia de la dinámica movilizadora que, particularmente en los dos últimos meses, ha reunido a miles de trabajadores y empleados del sector público y privado, «algo excepcional que no había ocurrido en Baiona desde hace muchos años».
Los bloques en los que, proporcionalmente, se notó menos la bajada en la participación fueron el de la CGT y el de LAB, que demostraron mayor capacidad de movilización que el resto de las centrales.
El sindicato abertzale, que sigue siendo apartado de la acción unitaria por la intersindical aunque haya convocado a sus afiliados a todas las movilizaciones, optó, como lo hace últimamente, por esperar al paso de los bloques de los sindicatos al final del puente de Santo Espíritu e, inmediatamente después, incorporarse a la manifestación.
Tras el bloque de LAB, otros sindicatos (CNT), diversos colectivos (Attac, Bizi!, Colectivo Jubilación...) y partidos (PS, NPA, PC) cerraban el cortejo.
A pesar del tono un tanto lacónico, la movilización tardó bastante en completar el trayecto habitual, ya que alcanzó la plaza del Consistorio bayonés bien pasadas las 12.00.
«Reforma injusta»
La lectura del mensaje unitario corrió ayer a cargo del representante de la CFDT, Michel Larralde. El representante sindical recordó el origen del conflicto, situándolo en «la crisis que comenzó en 2008», y dejó claro que sus «responsables son los sectores financieros y la banca», al tiempo que denunciaba la actitud del presidente Nicolas Sarkozy «que hace pagar la crisis a los trabajadores».
El portavoz sindical desmontó la argumentación sobre la que se basa el Gobierno para llevar a cabo la reforma: «Dicen que es necesaria por el desequilibrio demográfico pero, en realidad, se trata de una reforma `contable e ideológica': contable porque es una solución que aportará fondos rápidamente a la caja del Estado y también a los mercados financieros; ideológica porque, alargando la duración de los años trabajados, anula una medida iniciada por la izquierda».
Larralde insistió en la «injusticia de esta ley aunque haya sido votada por Senado y Asamblea Nacional» y en la discon- formidad que la ciudadanía ha manifestado hacia ella.
Añadió que «renunciar a luchar ante tamaña intransigencia» supondría «acreditar la idea de que los gobernantes tienen la legitimidad de realizar reformas injustas y que la democracia acaba a la salida de las urnas». Una visión de la democracia que -dijo- «no compartimos». Finalizando su discurso, apeló a «continuar la lucha para que esta ley no sea promulgada tal cual ha sido adoptada; es decir, sin solucionar los problemas existentes y sin eliminar las injusticias que acarrea».
Asegurando que la «determinación de los sindicatos sigue intacta», se dirigió a Sarkozy para que no promulgue la ley y abra «negociaciones de verdad con las organizaciones sindicales» con vistas a consensuar la reforma del sistema de pensiones. El presidente de la República aún no ha oficializado el texto legislativo que hace unas semanas superó los trámites parlamentarios preceptivos. También falta la decisión del Consejo Constitucional al que han recurrido PS y Verdes al considerar que la nueva ley quebranta el principio de igualdad reconocido en la Constitución.
Los sindicatos se reunirán mañana para decidir las próximas iniciativas.
Aunque la manifestación de ayer era la octava organizada por la intersindical en los dos últimos meses, en realidad fue la novena que se celebra en Baiona en contra de la reforma de la jubilación ya que LAB convocó otra el pasado 18 de septiembre.
Como ocurriera en la anterior manifestación del 28 de octubre, la bajada de la participación se resintió menos en los bloques de estos dos sindicatos, aunque la asistencia también fue menor. En el resto, el descenso era mucho más evidente.
La escasa perspectiva de hacer retroceder al Gobierno en su objetivo era patente en Baiona, pero entre los manifestantes se oían comentarios como el de «ya veremos en 2012», en referencia a las próximas elecciones presidenciales.
Las protestas en el Estado francés en contra de la reforma del sistema de pensiones, aprobada ya por el Senado, tuvo una menor incidencia en comparación con las citas anteriores. El Gobierno cifró en 375.000 los ciudadanos que salieron a la calle en las 241 marchas de todo el Estado y habló de un «retroceso neto» de la afluencia a las manifestaciones. Por el contrario, los sindicatos señalaron que 1,2 millones de personas se manifestaron.
En París, donde llovió durante la manifestación, se congregaron 28.000 personas, según la Policía, frente a las 31.000 de la última marcha, mientras que los sindicatos, por su parte, contaron 90.000 personas en la capital, menos de la mitad de las 170.000 del pasado 28 de octubre. CGT, el mayor sindicato del Estado, anunció ayer por boca de su secretario general, Bernard Thibault, que irá «hasta el final» con la protesta contra la reforma de las pensiones, aunque se rompa el consenso entre las diferentes uniones de trabajadores.
El líder sindical aseguró que la CGT está dispuesta a continuar con la protesta, incluso si se rompe la unidad sindical que se ha producido hasta el momento y otras agrupaciones de trabajadores deciden abandonar la protesta, como ya ha insinuado la CFDT. Para Thibault, «el movimiento social entra en una nueva etapa que no puede ser la de la renuncia». La jornada de huelgas del pasado día 28, justo después de que el Senado diera luz verde a la reforma, ya sufrió una caída de la participación.
El grueso de los sindicatos han acordado una nueva jornada de protesta entre el 22 y el 26 de noviembre, aunque aún no se ha concretado la fecha final.
GARA