La erupci�n del volc�n Merapi, que ha dejado ya un saldo provisional de 151 muertos, cientos de heridos y 320.000 desplazados, amenazaba con acortar la visita de Obama a Indonesia.

El volc�n, de 2.194 metros de altura y situado en el centro de la isla de Java, ha quemado miles de hect�reas de campo y ha cubierto con una gruesa capa de ceniza numerosos poblados en las diversas erupciones ocurridas desde el pasado 26 de octubre.

Un se�smo de magnitud 5,4 registrado ayer al mediod�a provoc� el p�nico, aunque no dej� v�ctimas, en la zona afectada por la erupci�n.

Las tareas de inspecci�n de las zonas afectadas se reanudaron ayer, con lo que el balance de v�ctimas mortales podr�a aumentar.

39 a�os despu�s

39 a�os despu�s de que abandonara el pa�s que le acogi� durante su infancia, el presidente estadounidense se mostr� emocionado al pisar Yakarta. Obama reconoci�, eso s�, sentirse �un poco desorientado� al percibir los inmensos rascacielos que se elevan a lo alto de las avenidas de la capital indonesia.

Estaba previsto que la visita durara 20 horas pero el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, confirm� a bordo del Air Force One que �probablemente ser� necesario que abandonemos Indonesia horas antes de lo previsto por el riesgo ligado a las cenizas volc�nicas�. Obama es esperado en Corea del Sur para participar en la cumbre del G-20.

Obama firm� con su hom�logo indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, un acuerdo de �asociaci�n global� para reforzar las �relaciones fructuosas� entre ambos pa�ses, en el �mbito de la seguridad -en raz�n de la situaci�n estrat�gica de Indonesia- y en materias de comercio, deforestaci�n y educaci�n.

Con una poblaci�n de 240 millones de personas y rica en materias primas, Indonesia tiene margen para mostrarse exigente con EEUU, ya que es cortejada por otras grandes potencias, sobre todo por China, que aspira a invertir decenas de millardos de d�lares en infraestructuras y energ�a.

Obama, que no pudo ense�ar a su esposa la casa y las dos escuelas donde pas� cuatro a�os de sus ni�ez, mostr� su solidaridad a las v�ctimas del reciente tsunami (alrededor de 600) y de la erupci�n del volc�n Merapi.