Maite SOROA | msoroa@gara.net
Las explicaciones de Felipe González
Las palabras de Felipe González en «El País» sonaron como la entrada de Manolo el del Bombo en un velatorio. El que todo el mundo sabía que era la X del GAL lo reconocía con pocos rodeos y muchas dosis de cinismo.
Ayer, como cabía esperar, no había comentarista que se preciara que no le hincara el diente al asunto.
Carmen Gurruchaga, en «La Razón», mostraba su desconcierto: «¿Qué necesidad acuciante le obliga a protagonizar unas declaraciones en las que muestra un enorme relativismo moral y un cinismo escalofriante?». Pronto lo sabremos.
En el mismo rotativo, Cefas nos explicaba a las claras la posición de la derechona ante el terrorismo de Estado: «Fue un gran error, además de una inaceptable actitud delictiva por parte de los funcionarios y altos cargos implicados en la lucha sucia. A esto hay que añadir que fueron tan ineficaces como chapuceros. No lo justifico, pero otros países lo hicieron con un resultado diferente». Queda claro que si les llega a salir bien, la crítica hubiera sido otra bien distinta. ¿No lo creen así?
Y en «El Confidencial», el veterano Antonio Casado le sacaba la cara a Felipe: «En los años de la Transición había un operativo parapolicial previo de guerra sucia contra la banda terrorista ETA (...) la guerra sucia continuó al llegar los socialistas al poder y terminó con los socialistas en el poder». ¡O sea, que prácticamente hay que hacerles un homenaje de eterna gratitud!
Arcadi Espada, en «El Mundo» denunciaba que Felipe «no está seguro de que el crimen de Estado sea mala idea; seguimos en la puerta de la cárcel de Guadalajara».
La referencia a aquella romería con la que acompañaron a Vera y Barrionuevo a cumplir unas semanas de prisión se repite en más artículos.
Pero pocos dan una explicación plausible. Lo hace Casimiro García-Abadillo en «El Mundo»: «¿Qué pretende González con este striptease político y moral? (...) La intención de González es rehabilitar a una generación marcada por aquellos años de oprobio. Preparar el terreno para uno de los suyos (Rubalcaba), en la convicción de que Zapatero no llegará a 2012». No sé si Casimiro cuenta con datos, pero la tesis es verosímil.