La diputada argentina Victoria Donda lamentó que Emilio Massera haya muerto impune.

Donda, hija de desaparecidos durante la última dictadura militar (1976-1983) y titular de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, señaló que el fallecimiento de Massera fuera de prisión supone un «profundo agravio a la democracia, a sus instituciones, a todas las personas que piensan que el único lugar posible para un genocida es la cárcel».

Massera, a quien dictaminaron en 2005 que no podía ser juzgado por «involución mental», estaba en arresto domiciliario desde 1998, tras cumplir 70 años, y afrontaba un juicio en ausencia en Italia por la desaparición de tres ciudadanos ítalo-argentinos durante la dictadura argentina.