Toda la plantilla de Veolia secundó ayer la segunda jornada de huelga indefinida convocada en Bilbobus, según el comité, que denunció ante la Inspección la subcontratación de una empresa por parte de Veolia. El concejal de Transportes, Ibon Areso, emplazó al comité y a la dirección a que se sienten a negociar, aunque se desvinculó de cualquier implicación. El grupo municipal de la izquierda abertzale denunció la cerrazón de la empresa, que «se está aprovechando de la excusa de la crisis». Subrayó «la responsabilidad de PNV e IU» en el conflicto y el alineamiento del alcalde, Iñaki Azkuna, con la dirección. Añadió que la huelga es consecuencia directa de la privatización de servicios públicos.