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La lucha en las prisiones se centra en la demanda del fin del aislamiento

El aislamiento al que someten a los presos políticos vascos, tanto en el Estado francés como en el español, ha acarreado, en lo que vamos de año, numerosas huelgas de hambre en las prisiones a modo de protesta e, incluso, un intento de suicidio. La letrada Arantza Zulueta es la última prisionera que se ha visto forzada a iniciar un ayuno en denuncia de este régimen. Hoy cumple su sexto día sin ingerir alimento en la cárcel de Málaga.

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Oihana LLORENTE

La letrada Arantza Zulueta, que cumple hoy su sexto día sin ingerir alimento, se vio forzada a emplear este método de denuncia debido al régimen de aislamiento en el que se encuentra. Más allá de los cuarenta minutos semanales que comparte tras el cristal con familiares y amigos, la abogada vizcaina, que está encarcelada en la prisión de Málaga, sólo ve a los carceleros. En el módulo, al que fue trasladada nada más llegar a esta prisión, se encuentra completamente sola y en todo el penal malagueño no hay ningún otro preso político vasco ya que los cuatro que se encontraban en la misma fueron trasladados nada más llegar Zulueta, entre ellos Jesus Mari Mendinueta que llevaba los últimos 16 años preso en Málaga.

El aislamiento es un recurrido régimen contra los presos políticos vascos que busca destruir al preso como persona y que en más una ocasión ha derivado en graves problemas sicológicos.

En lo que vamos de año, han sido incontables las protestas realizadas en las prisiones en denuncia de este régimen. Cabe destacar las luchas de Lorentxa Guimon o Arkaitz Agirregabiria que permanecieron 39 y 33 días en huelga de hambre respectivamente o las desarrolladas por Mikel Karrera o Maite Aranalde, todas ellas en el Estado francés. Las cárceles españolas de Valdemoro o Murcia también han sido testigos de la lucha de EPPK contra el aislamiento.

Pero la cara más oscura del aislamiento se ha podido conocer con el caso de Txus Martín, quien a consecuencia de la situación generada a raíz de ese régimen intentó suicidarse a finales de setiembre. El vecino de Basauri ,que llegó a cortase las venas, llevaba cinco años siendo el único ciudadano vasco de la cárcel marsellesa de Aix Luynes.

Semanas después de intentar quitarse la vida, las autoridades francesas mantuvieron aún al prisionero político en total aislamiento.

La donostiarra Aintzane Orkolaga también permaneció casi seis de los ocho años de condena en régimen de aislamiento, una situación que no duda en tildar de «muy dura». La ex presa, que era la única ciudadana vasca en las cárceles de Versalles primero y Bapaume después, ha narrado a GARA como sobrellevaba el día día e insiste en que era «una lucha continúa».

Ni si quiera contaba con el derecho a llamadas por lo que sus conversaciones en confianza se limitaban a la visita semanal que, como reconoce, esperaba como agua de mayo. Puntualiza, además, que ésa suponía su única oportunidad de hablar en euskara.

Pese a estos duros seis años, la donostiarra se siente como una «vencedora» y revela que para hacer frente al aislamiento «hay que tener las cosas muy claras». «Hay que tener claro por qué se está en la cárcel y que el enemigo busca destruirte. Si eres consciente de ello, sacas fuerzas y es posible hacerle frente», asegura.

Movilizaciones

Zulueta no es la única presa vasca que se encuentra en huelga de hambre ya que al igual que la vizcaina Jon González y Mikel Almandoz mantienen su protesta en Tarascon para exigir que se respete «el derecho de comunicación».

Como cada viernes fueron centenares los ciudadanos reunidos en denuncia de la actual política penitenciaria. En Antzuola, por ejemplo, se concentraron 25 y 125 en la capital vizcaina. 105 fueron los reunidos en Lekeitio, 70 en Bergara, 191 en Ondarroa y 57 en Lizarra y Soraluze. 205 personas se dieron cita, por su parte, en localidades como Zarautz y Orereta, mientras que en Deba fueron 40.

En Legorreta se concentraron 19; 75 en Galdakao; 56 en Lizartza; 61 en Elgoibar; 35 en Berriozar y 97 en Algorta. En Ugao fueron 28 los que se solidarizaron con los presos, 51 en Lezo, 55 en Urretxu-Zumarraga y 58 en Andoain. Asimismo, en Zornotza se reunieron 91, en Oñati 70 y 42 en Amurrio.

Las movilizaciones más concurridas tuvieron lugar en Gasteiz, donde participaron 510 personas, e Iruñea, con 440.

8 DE ENERO

La iniciativa Egin Dezagun Urratsa y la manifestación nacional del próximo 8 de enero ha recabado en tan solo cuatro días más de 1.600 firmas.

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