Maite SOROA | msoroa@gara.net
Las secesiones que vienen
Después de vistos los resultados de las elecciones catalanas, todo el mundo se ha lanzado a los análisis y las elucubraciones. Y las hay para todos los gustos.
Sin embargo, me quedo con el artículo publicado ayer en «El Mundo» por Luis María Ansón. El veterano periodista y conspirador encendía todas las luces rojas del tablero: «El tripartito se ha hundido, Zapatero ha sido derrotado, pero la verdad pura y dura es que el secesionismo ha ganado las elecciones en Cataluña». Empieza en tono catastrófico y terminará apocalíptico. Ya lo verán.
Según Ansón, «Artur Mas es un hombre serio, responsable, sagaz (...) pero es secesionista». ¡Algo tenía que tener!
Ansón bucea en las razones que llevan a España al borde del abismo y se remonta a los tiempos de la Reforma: «Durante la Transición, Suárez y Abril hicieron oídos sordos a las voces que clamábamos en el desierto. No se puede entregar la educación y los medios de comunicación a una clase política voraz cuyo horizonte es el secesionismo». Y es que, según el columnista, de aquellos polvos vienen estos lodos y «los secesionistas continúan subiendo la escalera hacia la independencia. Estamos ya en los últimos peldaños». Una impresión parecida tenía yo.
Lo que no le gusta a Ansón es el tinglado de las autonomías: «Hemos creado diecisiete jefecillos de Estado que se han rodeado de la parafernalia del derroche y la prepotencia. Y no se ha solucionado ni el problema vasco ni el catalán». Pues valiente chapuza hicieron los de la «transición modélica».
Y al final también le da de lo suyo al PP: «No será fácil que los dirigentes catalanes del soberanismo consigan sus propósitos porque formamos parte de Europa, y España es una nación grande que ha vivido cinco siglos unida, que ha escrito una de las tres mayores historias del Occidente contemporáneo. Y que se resistirá a la desmembración. Pero los hori- zontes se han emborrascado y el tiempo amenaza ya con tormentas y tornados. El centro derecha español se recrea tórpidamente con los resultados electorales. Se extasía regocijado ante el esplendor. No quiere darse cuenta de que se trata del esplendor del incendio». O sea, que hace falta un salvador. ¿Será el propio Ansón?