Tal y como se temía, la dirección de Chillida Leku ha decidido el cierre temporal del museo a partir del próximo 1 de enero y ha presentado un expediente de regulación de empleo como consecuencia del déficit que arrastraba el museo, situación la crisis había agravado. Las negociaciones que mantiene con la Diputación de Gipuzkoa y con el Gobierno de Lakua no han impedido el cierre, que podría ser definitivo si las partes no llegan a un acuerdo. Por supuesto, sería de desear un acuerdo que evitara el cierre definitivo. Cada parte ha presentado sus condiciones, la dirección de Chillida Leku para poder continuar su labor y las instituciones para prestar la ayuda económica que el museo precisa. En cualquier caso, si bien el acuerdo es deseable, las instituciones han de tener muy presente que el dinero que gestionan es público y, por tanto, su inversión ha de revertir en bienes públicos. En tiempos de crisis la cultura es uno de los sectores que primeramente y con más intensidad sufre recortes, y en ese sentido no sería criticable que invirtiesen en el museo; pero sí lo sería que, mientras recortan el gasto público y ello afecta a muchos proyectos culturales, ayudasen económicamente a una entidad privada sin tener en cuenta que el acuerdo debe ser provechoso para todas las partes, las cuales, en el caso de las instituciones, son los ciudadanos.