«Nunca pensamos que la connivencia llegara a tanto»
La familia Couso lleva más de siete años exigiendo justicia. No ha sido tarea fácil. En el camino han encontrado un sinfín de obstáculos y el caso ha estado a punto de ser archivado hasta en tres ocasiones. La filtración por parte de la web Wikileaks ha puesto de evidencia la connivencia del Gobierno español con la Embajada de Estados Unidos para frenar la investigación.
Ainara IZU |
La familia del cámara José Couso, muerto en Irak por un proyectil lanzado por un tanque estadounidense contra el hotel donde se alojaban los periodistas, siempre receló de la Fiscalía española y de los responsables gubernamentales. Pero, jamás pensó que la connivencia con EEUU llegara hasta tal punto. La próxima semana presentará una denuncia ante la Fiscalía General para que sea la propia Fiscalía quien investigue las filtraciones de Wikileaks.
¿Cómo se sienten tras las últimas revelaciones de Wikileaks?
Estamos absolutamente indignados. Nunca pensamos que la connivencia llegara a tanto; se te cae el alma a los pies al ver la absoluta sumisión de éste y otros gobiernos a EEUU. Y, luego, hablan de soberanía, de independencia judicial y de Estado de Derecho. Son términos que les vienen grandes.
¿Qué motivó sus sospechas sobre la connivencia de Madrid con Washington?
En primer lugar, la actuación de la Fiscalía, tanto con José María Aznar como con José Luis Rodríguez Zapatero. Además de no se personarse en la causa, nos enteramos de un viaje secreto que hizo el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, a EEUU. A su regreso, presentó el recurso contra la admisión a trámite de nuestra querella. Gente cercana al proceso nos ha ido informando. Teníamos noticias de que algo pasaba y de que había cierta connivencia entre el Gobierno y la Embajada, pero nunca pensamos que llegara hasta el extremo de que hubiera ministros implicados y de que corrieran genuflexos cada vez que algún juez daba un paso.
Desde el Gobierno español se alega que las reuniones con la Embajada estadounidense se enmarcan dentro de las relaciones bilaterales.
Deben pensar que somo tontos. Son unos completos caraduras. Tanto nuestros abogados como asociaciones de juristas han mostrado su sorpresa y preocupación porque no debería ser una norma que un fiscal general del Estado y los miembros del Gobierno conspiren con otro país para paralizar una investigación sobre un nacional.
¿Han mantenido algún contacto con la Fiscalía y el Gobierno a lo largo de estos siete años?
Los contactos que hemos mantenido con la Fiscalía siempre han sido a petición nuestra. Al ahora ex ministro de Exteriores Miguel Angel Moratinos le exigimos que presionara a su homólogo estadounidense, al entonces titular de Justicia Juan Fernando López Aguilar le preguntamos qué iba a hacer ante el incumplimiento por parte de EEUU del convenio bilateral de asistencia mutua en materia judicial y penal o si iba a dar traslado a las órdenes de búsqueda y captura contra los tres soldados estadounidenses y a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, si tenía intención de presionar a Washington.
¿Cuál era su actitud ante sus requerimientos?
Nos decían que jamás entorpecerían la labor de la Justicia y que cómo podíamos pensar semejante cosa. El fiscal general del Estado nos mentía cuando nos decía que lo que le preocupaba era la competencia del tribunal para investigar el caso, porque siguió oponiéndose incluso después de que el Tribunal Supremo dictaminase que sí la tenía. Claro, ésas eran la órdenes que recibía de la Embajada.
¿En algún momento se ha puesto en contacto la Embajada estadounidense con la familia?
No. Incluso en una ocasión intentamos entregar una carta y se negaron a recibirnos. Si fuéramos iraquíes, palestinos o guatemaltecos, posiblemente ya estaríamos muertos. Pero, como el caso ha ganado tanta notoriedad no nos pueden hacer nada, aunque ganas no les faltan.
¿Cómo valora el alcance que han tenido estas revelaciones?
Apenas ha habido movimiento en el Congreso. PSOE, PP y CiU han cargado contra Wikileaks pero no lo han hecho contra la absoluta pérdida de la soberanía que evidencia la documentación filtrada. Esta escasa respuesta demuestra que los representantes de los partidos políticos mayoritarios no tienen ningún interés en salvaguardar la vida y dignidad de sus nacionales.
Sabiendo lo que saben, ¿albergan todavía alguna esperanza de lograr justicia?
Sabemos que es muy difícil. La instrucción nos parece correcta, pero tenemos la presión de un país como Estados Unidos que hace caso omiso del derecho internacional y de los derechos humanos. Sabemos que tenemos un enemigo muy poderoso y aunque han intentado cerrar el caso hasta en tres ocasiones no lo han logrado. Por lo menos, dentro de Europa están en búsqueda y captura y quién sabe si dentro de unos años les pase como a Pinochet. Ésa es nuestra esperanza. Que al menos tengan esa espada sobre sus cabezas.